El triunfo de ayer del HLA Alicante fue balsámico para el ambiente y para la afición pero, sobre todo, lo fue para los propios jugadores y técnicos del equipo. Para comprobarlo solo hace falta ver el fragmento del vídeo con los instantes posteriores al triunfo del equipo.
Desde fuera de un equipo es difícil saber los sentimientos y la tensión que se vive en un vestuario de un equipo profesional. Hay mucha exigencia, hay presión y esos sentimientos afloran muchas veces cuando la bocina indica el final de un partido.
¡Buenos días! Así celebraron el triunfo los jugadores del @FundLucentum tras ganar en Burgos después de dos prórrogas pic.twitter.com/r60g84h6xn
— Ramón J. (@lucentumblog) October 30, 2022
Si miramos al banquillo, los primeros saltos de euforia son los de los ayudantes de Monclova (el técnico se habría marchado a saludar al técnico rival). Raúl Lozano y Alberto Carrillo estaban exultantes. También el fisio y el preparador físico saltan junto el resto de jugadores del banquillo.
Mirando a los jugadores vemos desde la sensación de extenuación y alivio de un Steinarsson que apenas tiene energía para resoplar y para recibir abrazos de sus compañeros. También vemos como los jugadores del banquillo se funden en abrazos con sus compañeros. Se puede apreciar también a un Chapela que da la sensación de estar emocionado tras firmar un gran partido en una semana complicada para él en la que sufrió la pérdida de un ser querido.
Tras saludar al equipo rival tocaba dedicar el triunfo a los aficionados desplazados a Burgos. Ahí estaba Gatell para liderar, junto a Arcos, y encabezar ese aplauso a la afición alicantina.
Sin duda que la victoria de ayer ayudará al equipo a ganar en confianza en el trabajo realizado y reforzará la unidad como grupo. Ahora toca pensar en el próximo rival, Iraurgi, sin caer en ningún tipo de autocomplacencia o de relación por la supuesta inferioridad de nivel que puedan tener.
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