El HLA Alicante logra una victoria con 'pico y pala' ante Zornotza (71-57)

Foto: Jose Fco. Martinez

El HLA Alicante nos quitó a todos de la cabeza cualquier tipo de duda que hubiéramos podido albergar sobre la capacidad que este equipo tiene de sobreponerse de las adversidades. La derrota ante Marín quedó como un mal día y ayer volvimos a ver al equipo al que estamos acostumbrados.

No fue nada fácil vencer a Zornotza. Esta vez los alicantinos estuvieron intensos desde el minuto uno y eso fue la clave. Defensa, rebote y paciencia en ataque. A partir de ahí, el equipo fue de menos a más.

Ortega volvió a tener la misión de parar al escurridizo base rival y lo hizo con acierto. Pitts tuvo que leer el ataque ante la buena defensa que le hacía el equipo rival y el equipo comprendió que el triunfo no iba a venir desde el triple (4/19) así que el Plan B era cargar con fuerza el juego interior y ahí es cuando emergieron las figuras de Cheick Conde y de Boubacar Sidibe.

El pívot africano tuvo su mejor partido desde que está en Alicante y es una gran alegría verle con esa frescura después de estas dos complicadas temporadas que ha vivido con el Lucentum, donde las lesiones le han impedido demostrar la calidad y el poderío físico que atesora. 4 mates y 3 tapones daban espectáculo, pero su intensidad defensiva fue importante para defendernos del juego interior de Zornotza.

Al final, lo mejor de este equipo es que todos están listos para sumar. Ayer volvimos a ver a Martín Rodríguez jugando algunos minutos en momentos importantes y su intensidad fue máxima peleando cada balón y apretando en defensa. Ayer no fue el día de Larsson o Toledo, por las características del rival, pero emergió Sidibe. Esta amplitud y versatilidad de plantilla al final hace que a medida que avanza el partido el nivel de desgaste sea siempre mayor en el rival.

Luego está la afición. La Kali Nord cantando desde el minuto 1 y el resto de la grada sumándose cada vez más a los cánticos. Llevamos varios partidos que recuerdan a otras épocas. Es bonito ver también el gesto de comunión equipo-afición que se ha instaurado ya cada partido en el que los jugadores se acercan a la Kali y hacen juntos cánticos. Todos vamos juntos, y así solo podemos llegar a un sitio: ASCENSO.