 |
| Fotos: Carla Cortes - FEB |
El 5 de junio de 2018 el Lucentum se preparaba para una fiesta. El equipo entrenado por David Varela iba a disputar el quinto partido de la final por el ascenso a LEB Oro ante un Real Canoe que era la revelación de aquella temporada y que iba a visitar un Centro de Tecnificación abarrotado.
Todo parecía que podía estar a favor del Lucentum. Después de cuatro años en LEB Plata, el club afrontaba el momento de dar el salto.
Pero aquel día nada salió bien y la presión ambiental acabó por devorar al propio equipo que vio como los madrileños se llevaban el triunfo de forma merecida.
Para colmo de males, el pabellón sufrió un apagón ya con el partido decidido. Toda una metáfora de lo que había sido aquella noche.
Después de esa derrota todos teníamos sensación de que esa oportunidad perdida podía haber sido un golpe importante para la gente que se había ido enganchando al equipo esa temporada. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La temporada siguiente el número de abonados creció y la afluencia a los partidos fue al alza jornada a jornada. Todo ello de la mano del estilo de juego y el espíritu que Pedro Rivero imprimió al nuevo proyecto alicantino.
La temporada 2018-19 acabó en ascenso y dio paso a un año en LEB Oro en el que definitivamente había vuelto la Lucentumania a las gradas.. hasta que el COVID lo truncó todo.
A pesar de todo, la sensación de que el baloncesto sigue en alza está presente en Alicante. Y todo empezó aquella noche aciaga del 5 de junio de 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario