4 de mayo de 2008, hace un año a estas alturas el Lucentum iba tercer clasificado en la liga regular, sin opciones de ascenso directo, con las mismas victorias que este año a estas alturas, además con una racha de tres victorias consecutivas (jornadas 30-31 y 32), con una segunda vuelta similar en cuanto a victorias derrotas ... pero ¡Qué distinto es todo!
Las tres victorias consecutivas obtenidas el año pasado tras el cese de Quim Costa, sirvieron como de desintoxicación a la afición, sirvieron como un intento de cambiar el rumbo de la temporada y se percibían nuevas ilusiones, independientemente de si la culpa de la situación del equipo era de Quim Costa o no.
El año pasado el equipo nunca llegó a estar en situación de llevarse el ascenso directo, y era un objetivo que se veía como un premio difícil de alcanzar, lo cual hizo que el llegar a los playoff como segundo clasificado en la liga regular no fuera un mal resultado, ya que garantizaba un cruce relativamente asequible y permitiría llegar en buenas condiciones a la Final a cuatro.
Mientras que este año hay una sensación de decepción en la afición que se extiende como una mancha de chapapote a todos los niveles (prensa, afición, directiva y hasta plantilla...), porque hace un par de meses el equipo tenía en sus manos el ascenso directo y lo ha dejado escapar de una forma inesperada, dejando los playoff como un "premio" de segundo o tercer nivel.
Y las tres victorias consecutivas, que pueden ser hasta cinco de aquí al final, no están teniendo un sabor especialmente dulce, porque no se reciben sensaciones positivas en la grada, no existe la sensación de que el equipo se haya recuperado del mazazo sufrido.
Se nos avecinan unos playoff ante rivales que vendrán de estar jugando finales durante semanas, y con una tensión y una motivación muy superior a lo normal, lo que los convertirá en verdaderos peligros para el Lucentum, que si no sabemos resolver en casa en el primer partido, nos veremos obligados a recibir una "encerrona" en el segundo partido de la que será difícil de escapar en una pista como la de Los Barrios, León o Lleida.
Ese playoff es la última oportunidad del equipo para demostrar a la afición que están preparados para subir, y para recobrar el ánimo de unas gradas desilusionadas, así se hizo el año pasado eliminando a Los Barrios en un tercer partido muy bueno (103-67) y haciendo despertar la ilusión de la gente, aunque luego por desgracia todos sabemos que la Final a Cuatro es una lotería.
Este año tras la derrota en Valladolid y la incapacidad para vencer a León en casa se esfumó la ilusión de la gente, y de poco están sirviendo las últimas victorias.
Por último y para meter un punto optimista, lo cierto es que nunca se sabe lo que puede pasar, y tal vez, el hecho de llegar a estos playoff y a la posible final a cuatro sin el cartel de máximo favorito nos pueda ayudar y el hecho de que nuestros rivales sepan que somos vulnerables tal vez luego se vuelva en su contra.
Lo que está claro es que hay que intentar recuperar el ánimo y pensar en llegar a la Final a Cuatro, una vez allí ya veremos lo que pasa, además si es finalmente en Madrid o alrededores, a buen seguro que seremos bastantes los aficionados que estaremos presentes para intentar dar un aliento al equipo, que al fin y al cabo es el que tenemos.
Ahí queda el ladrillazo de post
Las tres victorias consecutivas obtenidas el año pasado tras el cese de Quim Costa, sirvieron como de desintoxicación a la afición, sirvieron como un intento de cambiar el rumbo de la temporada y se percibían nuevas ilusiones, independientemente de si la culpa de la situación del equipo era de Quim Costa o no.
El año pasado el equipo nunca llegó a estar en situación de llevarse el ascenso directo, y era un objetivo que se veía como un premio difícil de alcanzar, lo cual hizo que el llegar a los playoff como segundo clasificado en la liga regular no fuera un mal resultado, ya que garantizaba un cruce relativamente asequible y permitiría llegar en buenas condiciones a la Final a cuatro.
Mientras que este año hay una sensación de decepción en la afición que se extiende como una mancha de chapapote a todos los niveles (prensa, afición, directiva y hasta plantilla...), porque hace un par de meses el equipo tenía en sus manos el ascenso directo y lo ha dejado escapar de una forma inesperada, dejando los playoff como un "premio" de segundo o tercer nivel.
Y las tres victorias consecutivas, que pueden ser hasta cinco de aquí al final, no están teniendo un sabor especialmente dulce, porque no se reciben sensaciones positivas en la grada, no existe la sensación de que el equipo se haya recuperado del mazazo sufrido.
Se nos avecinan unos playoff ante rivales que vendrán de estar jugando finales durante semanas, y con una tensión y una motivación muy superior a lo normal, lo que los convertirá en verdaderos peligros para el Lucentum, que si no sabemos resolver en casa en el primer partido, nos veremos obligados a recibir una "encerrona" en el segundo partido de la que será difícil de escapar en una pista como la de Los Barrios, León o Lleida.
Ese playoff es la última oportunidad del equipo para demostrar a la afición que están preparados para subir, y para recobrar el ánimo de unas gradas desilusionadas, así se hizo el año pasado eliminando a Los Barrios en un tercer partido muy bueno (103-67) y haciendo despertar la ilusión de la gente, aunque luego por desgracia todos sabemos que la Final a Cuatro es una lotería.
Este año tras la derrota en Valladolid y la incapacidad para vencer a León en casa se esfumó la ilusión de la gente, y de poco están sirviendo las últimas victorias.
Por último y para meter un punto optimista, lo cierto es que nunca se sabe lo que puede pasar, y tal vez, el hecho de llegar a estos playoff y a la posible final a cuatro sin el cartel de máximo favorito nos pueda ayudar y el hecho de que nuestros rivales sepan que somos vulnerables tal vez luego se vuelva en su contra.
Lo que está claro es que hay que intentar recuperar el ánimo y pensar en llegar a la Final a Cuatro, una vez allí ya veremos lo que pasa, además si es finalmente en Madrid o alrededores, a buen seguro que seremos bastantes los aficionados que estaremos presentes para intentar dar un aliento al equipo, que al fin y al cabo es el que tenemos.
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