La ACB ha sacado petróleo del sorteo de la Copa. Muchos comentarios había sobre la devaluación del producto por la clasificación de tres equipos humildes y de poco tirón mediático como Lucentum, Fuenlabrada y Lagun Aro GBC.
Tres derbis y un duelo entre el anfitrión y la revelación de la liga. No se puede pedir más a unas bolitas caprichosas.
Deportivamente nos ha tocado bailar con la más fea. El Real Madrid es el líder de la liga, pero el Barcelona es el anfitrión y tendremos que jugar ante un Palau Sant Jordi lleno y ante el interés por ver un "Clásico" en la final.
A pesar de todo, si el equipo llega en buenas condiciones y sin bajas podremos competir y luchar por dar la verdadera campanada de la temporada. Más allá del planteamiento táctico o de la forma fisica de los jugadores, la clave será que el equipo sea duro mentalmente y no se vea influido por el ambiente y por el exceso de ganas de agradar a una afición ilusionada como nunca con el baloncesto y con su equipo.
Lo mejor del rival es que nos va a permitir jugar, probablemente, viernes a última hora con un Palau a rebosar. Ambiente histórico.
El Lucentum, si da lo máximo y tiene un día acertado puede vencer a cualquiera, siempre con no aparezcan factores externos que alteren el partido. Será difícil. Sí. Mucho. Pero no imposible.
En 2005, al Lucentum le pesó esa responsabilidad, y es algo que no va ligado a la experiencia de los jugadores, porque en ese Etosa Alicante jugaban gente como Nacho Rodríguez, Lucio Angulo, Larry Lewis, Oriol Junyent, Iñaki De Miguel,... acostumbrados a jugar bajo presión.
Txus Vidorreta vuelve a ser pieza angular de esta ilusión. Su trabajo con el equipo será clave. Tiene experiencia y en 2008 consiguió meter a Iurbentia Bilbao Basket en las semifinales tras derrotar también al Regal Barcelona y se quedó a un paso de eliminar al anfitrión TAU en semifinales.
Como aficionados, hay que disfrutar de cada momento, desde este sorteo y hasta el último minuto de la entrega del título al campeón. Y qué mejor manera de disfrutar que viendo a nuestro Lucentum competir en un marco incomparable como un Palau Sant Jordi lleno, ante el mejor equipo europeo de los últimos años.
El sueño no ha hecho más que comenzar. Lucentum.
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