En una situación normal el partido de hoy debería ser extramotivador para los jugadores de la plantilla del Lucentum porque una victoria ante nuestros vecinos murcianos supondría poner pie y medio en los Playoff.
Pero si una palabra no encaja con la temporada del Lucentum es "normalidad". El equipo está viviendo con incertidumbre las últimas semanas. Los retrasos en el pago se alargan y las promesas no se acaban de cumplir. Hasta Vidorreta lo apuntó ayer en rueda de prensa: «el componente psicológico va a ser importante y nosotros tenemos una
situación interna que es fundamental solucionar». «Tenemos jugadores que
quieren ganar, pero esta semana hay que dar pasos definitivos porque
quedan cuatro jornadas y hay que solucionarlo para que los jugadores se
vengan arriba y no abajo en los momentos decisivos».
La victoria de ayer del Estudiantes deja al equipo murciano en una situación delicada y con la obligación de ganar al Lucentum si no quiere verse abocado a una última jornada de liga en la que tiene que visitar la cancha del Estudiantes con el descenso en juego ante más de 12.000 espectadores.
Jugar con el miedo del rival. Eso toca hoy y eso tocaba hace dos semanas ante el Estu. Aquella vez no se supo hacer y pesó más la debilidad mental de nuestro equipo. Si hoy conseguimos dar el nivel de concentración habitual y podemos mantenernos en un buen nivel competitivo podemos generar ansiedad en un rival que puede sufrir en su piel la presión de lo que supondría una derrota esta noche.
Físicamente el equipo está casi al 100%, únicamente Rautins e Ivanov arrastran ciertas molestias. En esas condiciones el Lucentum es capaz de competir en cualquier cancha.
Esta noche el Lucentum puede dormir con un colchón de dos victorias de ventaja sobre CAI Zaragoza. Si a eso se pudiera sumar la buena noticia de que llegan los ingresos prometidos por la Generalitat para hacer frente a los atrasos podríamos afrontar los tres partidos finales con la ilusión al máximo.
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