El Lucentum sufrió ayer domingo una clara derrota ante Marín Peixegalego en un partido en el que los de Kuko Cruza no se encontraron cómodos en ningún momento.
El equipo no encontró el equilibrio en su juego. El rival no permitió que nuestros interiores recibieran balones cerca del aro, pero es que además defendieron bien a nuestros exteriores, sin hacerles concesiones en los lanzamientos.
Se echó en falta la determinación de Javi Marín y sus acciones en las que entra hacia el aro y permite sacar o falta personal y atraer ayudas que liberan a nuestros jugadores exteriores y generan mejores situaciones de tiro.
La aparición de Jose González fue quizá de lo poco que se salvó del encuentro. Su energía y pelea despertó a la grada en los momentos en que el equipo remontaba. Hernández y Pardina tuvieron algunas buenas acciones, pero el equipo fue romo y espeso en ataque, agotándose las posesiones sin que se pudieran meter balones al poste bajo.
El juego del equipo se acabó convirtiendo en una circulación de balones por el perímetro y en una sucesión de amagos en busca de una buena posición de tiro. Cuando el partido se complicaba vimos que el tiro exterior se quedó como único recurso. El equipo lanzó 28 triples (18% de acierto), casi los mismos lanzamientos que de dos puntos (30). Cuando esto sucede suele ser síntoma de derrota del equipo.
Partido para olvidar y para aprender. Y para poner los pies en el suelo, si es que el equipo ha dejado de tenerlos en algún momento tras las últimas jornadas que habían acercado al equipo a un solo triunfo del líder.
La semana que viene visitamos a la CBA que acaba de perder por 47 puntos ante Castelló, pero que ganó hace un mes al mismo Marín que ayer nos borró de la cancha en Alicante. Precaución con el exceso de confianza.
Avanza la liga, llegan los momentos decisivos y los partidos pueden convertirse en trampas. CEBA Guadalajara ayer caía en la cancha de Basquet Pla. Xuven estuvo a punto de dar el susto en Cáceres.
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