El equipo dirigido por Pedro Rivero afronta esta tarde (20:30) en Villarrobledo su primer partido de la pretemporada. Después de dos semanas de preparación centrada en lo físico, el equipo afrontará el encuentro como una fase más en el proceso de preparación y entrenamiento. El equipo contará con las bajas de Boubacar Sidibe y Cheick Conde, que todavía no se han incorporado al entrenamiento y de Quique Garrido con problemas musculares.
El preparador del plantel alicantino comentó que a este primer choque
llegan “muy cansados”, que según él “es de lo que se trata”. Al no
contar con tres jugadores de la primera plantilla viajarán dos jugadores
de la base (Cristian Seguí y Aldo Serdeguet).
Para Rivero, este encuentro “llega cuando llega”, por lo que, según
añade, “no hay que darle más vueltas”. “Es un entrenamiento más para
nosotros”, apostilla.
El coach del Lucentum reconoce que las primeras sensaciones
que ha visto en estas dos semanas de entrenamiento son “buenas”, si bien
considera que ahora todo son cargas físicas sin ir más allá.
“Tampoco
puedes aventurar si estamos haciendo bien los contenidos. Esto irá
llegando a lo largo de la tercera semana en la que la carga física baje
un poco y ellos se vayan encontrando mejor”, destaca.
En cuanto al rival, el preparador del cuadro alicantino no cree que
pueda ser una buena piedra de toque por el hecho de que la pretemporada
acaba de comenzar. “No es una buena prueba porque ellos estarán como
nosotros. Quieres preparar cosas y tampoco quieres enseñar nada. Lo
tomaremos los dos como parte del entrenamiento, intentando hacer
rotaciones largas para que sea parte de la fatiga y no parte del
partido”, acaba.
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