Tras el anuncio a bombo y platillo del acuerdo ACB-FEB por el que se reduce el número de ascensos a uno solo esta temporada siguen abiertas muchas incertidumbres (todavía más) sobre la liga.
Los clubes se lamentan de que dicho acuerdo se ha alcanzado tras unas negociaciones en las que no se les ha tenido en cuenta. Con estos precedentes, parece complicado que ahora la FEB vaya a atender las posibles quejas que los clubes puedan plantear tras la reunión que van a mantener hoy para evaluar la situación en la que queda la liga tras ese acuerdo.
Así pues, la reunión de los clubes podría tener otro enfoque finalmente. Los clubes deberán plantear cómo se modifica el sistema de competición con ese nuevo escenario en el que solo habrá un ascenso.
Algunos clubes, como Tizona o Valladolid, empiezan a mostrarse favorables a que se pase a un formato de liga regular con un solo grupo.
— Jorge Elorduy (@jelorduy88) August 30, 2020
Si finalmente el acuerdo ACB-FEB sale adelante, tal y como se anunció, la mejor noticia que traía era el hecho de que se pretende dar cobertura televisiva al 100% de los partidos. En este sentido, y viendo el buen nivel de muchas de las plantillas que se han configurado, sería muy interesante que todos puedan jugar contra todos los rivales y evitar que muchos equipos se queden sin jugar contra algunos de los equipos más potentes de la liga que puedan estar en la otra conferencia.
Ese posible cambio de competición obligaría también a establecer qué sucedería en caso de que no pudiera llevarse la liga regular hasta el final o que no pudieran disputarse el Playoff que se pueda definir. Además, obligaría a un nuevo calendario y a replantear los presupuestos de los clubes que pueden verse alterados por un mayor número de viajes y desplazamientos más largos. Muchas aristas en un asunto que se tiene que resolver con urgencia.
Ese posible cambio de competición obligaría también a establecer qué sucedería en caso de que no pudiera llevarse la liga regular hasta el final o que no pudieran disputarse el Playoff que se pueda definir. Además, obligaría a un nuevo calendario y a replantear los presupuestos de los clubes que pueden verse alterados por un mayor número de viajes y desplazamientos más largos. Muchas aristas en un asunto que se tiene que resolver con urgencia.
En cualquier caso, es tremendo que se llegue al inicio de septiembre sin un calendario de competición, sin sistema confirmado de competición y sin protocolo COVID definido mientras los equipos comienzan estos días ya la pretemporada.
Es evidente que estamos en una situación excepcional y que tenemos que acostumbrarnos a una nueva realidad donde las condiciones pueden cambiar de un día para otro.
Lo llaman nueva normalidad.
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