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Foto: JosĆ© Fco. MartĆnez |
El HLA Alicante no acaba de encontrar el camino de la victoria y ese 0-4 que figura en el casillero nos genera a todos una cierta intranquilidad y nerviosismo. Es lo normal. Es evidente que el proyecto estÔ diseñado y tiene piezas para estar en zonas mucho mÔs tranquilas de clasificación y eso hace que esta situación genere desasosiego.
También hay que valorar la situación en su justa medida. El equipo no juega todo lo bien que esperamos. Eso es correcto. El equipo no acaba de transmitir y conectar. También es correcto. Pero también es cierto que ningún rival nos ha sacado de la cancha y que hemos tenido balón para ganar en todos los partidos (incluso no habiendo merecido esa posible victoria).
Es llamativo como hoy el Diario Información publica un artĆculo en el que se hace hincapiĆ© en que el entrenador tiene el todo el apoyo de la directiva. En dicha pieza, se dice que no hay ultimĆ”tum y que no habrĆ” cambio en el banquillo pase lo que pase en Palma. Es un ejemplo claro de la 'futbolización' que vive el deporte. El baloncesto se suele regir por otros tiempos y los plazos no funcionan a ese ritmo cortoplacista que manda en el 'deporte rey'. Por suerte.
Esto no quita que si el HLA Alicante es sacado de la pista en Palma con una falta de actitud preocupante (algo que no se ha visto en ninguno de los partidos anteriores), se puedan ir encendiendo ciertas alarmas y el run-run y la ansiedad vayan en aumento en todos los sectores.
El equipo tiene este aƱo la 'losa' de que viene de dos aƱos en LEB Oro donde el listón quedó muy alto, tanto en juego como en resultados, y estamos todos un poco mal acostumbrados a convivir con las victorias y a ver en la cancha un estilo de juego reconocible, algo que este aƱo nos estĆ” costando alcanzar. Es lógico que en la afición hayan algunas voces crĆticas hacia el entrenador. Forma parte del juego. Pero tambiĆ©n creo que todos sabemos (incluso parte de los detractores que pueda tener el entrenador) que un cambio de entrenador no es una varita mĆ”gica que soluciona cualquier problema. Al menos, a estas alturas tan tempranas de la temporada.
Hay detalles pequeƱos que pueden producir cambios enormes. Si el equipo hubiera vencido al todopoderoso Estudiantes (fue algo totalmente posible), estarĆamos con una sensación diametralmente opuesta a la que tenemos ahora. En el partido de este domingo el equipo tiene otra ocasión de dar un golpe en la mesa y demostrar, de una vez, que se sacude la ansiedad y puede demostrar lo que se espera del equipo.
Yo creo que el equipo tiene la confianza no solo de la directiva, si no de gran parte de la afición. Todos estamos empujando cada partido para que llegue esa victoria que rompa el hielo. LlegarÔ mÔs pronto que tarde. En estos momentos complicados es cuando mÔs hay que apoyar para intentar que la ansiedad que carga el equipo se mÔs de la necesaria.
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