A lo largo de los más de quince años que lleva el blog en la red hemos repasado casi todos los momentos históricos que nos ha dejado el Lucentum a lo largo de su historia. Hemos relatado ascensos, salvaciones, descensos, victorias épicas, derrotas dolorosas...
Hoy vamos a poner el retrovisor para viajar exactamente 20 años atrás en el tiempo. El 19 de enero de 2003 el Lucentum nos ofreció la primera vez en que soñamos con entrar en una Copa del Rey. Era la primera ocasión en que fuimos grandes. Vamos a recordarlo.
La temporada 2002-03 supuso el regreso del Lucentum a la ACB tras un año en LEB. Aquel equipo estaba dirigido por Julio Lamas y contaba con las incorporaciones de un histórico como Perasovic, de un Oriol Junyent que llegaba como máximo reboteador nacional de la liga y de un John Williams que llegaba para ser referencia interior pero que se lesionó en el primer partido de la temporada y deparó la llegada de Lou Roe, algo que cambió la historia del Lucentum.
Tras un inicio de liga irregular (2-4), en la 7ª jornada de liga nos visitó el Pamesa Valencia y el equipo alicantino logró su primer triunfo en un derbi. A partir de ahí el equipo alicantino empezó a hacerse invencible en casa: cayeron Real Madrid, Caja San Fernando, TAU Cerámica y Unicaja. Todo esto dejaba al equipo con la opción de clasificarse para jugar la Copa del Rey si ganaba en al FC Barcelona en el Palau Blaugrana la última jornada de la primera vuelta.
El triunfo logrado ante un Unicaja con un Centro de Tecnificación lleno colocaba al equipo en una nube. Un extraordinario partido de Perasovic (24 puntos) y Lou Roe (24 puntos) desataban la euforia y la movilización de una afición que soñaba con hacer historia.
El Lucentum necesitaba ganar al Barcelona para clasificarse, aunque en caso de derrota había una remota opción siempre que Joventut y TAU perdiesen sus partidos.
La Cadena COPE anunciaba el mismo lunes que fletaría dos autobuses para que los aficionados alicantinos acompañasen al equipo por un precio de 9 euros. Las entradas se pusieron a la venta en el Centro 14, situado en la Calle Labradores y aún recuerdo las colas que se hicieron para obtener esas entradas.
Esa semana el Lucentum fue protagonista en los medios. Velimir Perasovic afirmaba en declaraciones al Información que "El Barcelona tendrá que sufrir si quiere ganarnos". Y vaya que si sufrió (spoiler).
Se acercaba el día y la expectación seguía creciendo hasta el punto que el número de aficionados desplazados ascendió a unos 300, con cinco autobuses fletados por la COPE a los que se sumaron aficionados que viajaron por su cuenta. Un desplazamiento sin precedentes.
El día de partido llegó. Los autobuses salían desde el Mercado Central a eso de las 2 de la madrugada rumbo a Barcelona con la ilusión máxima. A la llegada a Barcelona en las inmediaciones del Camp Nou se pudo ver los accesos de los jugadores del conjunto blaugrana y recuerdo como llegó andando un jovencísimo Anderson Varejao, mientras que el resto llegaba en sus coches.
La afición alicantina llenó un lateral superior del Palau y se vivió una fiesta enorme de la afición en un partido donde el equipo además compitió de manera excepcional durante todo el partido. El partido estuvo competido y el Lucentum llegó a tener opciones reales de triunfo al ponerse 79-80 a falta de poco más de un minuto para el final. La euforia se desató en las gradas. Finalmente un triple de Bodiroga y una polémica jugada final donde Junyent chocó con Femerling y señalaron falta de Oriol. Derrota pero un sabor dulce de haber disfrutado de un día inolvidable. Era nada más que el principio de lo que estaba por venir.
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