El HLA Alicante encaja una dura derrota ante Real Valladolid. Dura por el resultado final, 54-75. Pero mĆ”s dura todavĆa porque es quizĆ” la primera vez que vemos que el equipo deja una sensación de verse desarbolado y superado por el partido.
Se podrĆa decir que el equipo se ha ahogado en su propio juego. El desacierto exterior del equipo ha lastrado al equipo desde el inicio de partido. La superioridad en el rebote de Valladolid permitĆa a los pucelanos mantener siempre el partido con un cierto control.
El partido se mantenĆa, a pesar del horror ofensivo de HLA Alicante, mĆ”s o menos abierto porque los pucelanos tambiĆ©n se mostraban imprecisos. Ante un rival mĆ”s entonado el partido se habrĆa perdido al descanso. Esta noche el equipo llegó a mantenerse a distancias accesibles hasta que en los Ćŗltimos minutos el Valladolid se disparó de la mano de Devin Schmidt.
El equipo hoy ha dado una sensación pobre. Ha mostrado incapacidad de encontrar vĆas alternativas de ataque que no pasen por el tiro exterior de Gudmundsson, Davison o Balint. Al descanso, 1 de 17 en triples, pero es que el Valladolid llevaba solo 2 de 12 en triples y se fue con 19-30 a su favor. Las imprecisiones del equipo acabaron por llevar inseguridad al juego. VeĆamos como no se lanzaban tiros claros por falta de confianza. Se tomaban decisiones precipitadas. TambiĆ©n es verdad que las canastas fĆ”ciles se salĆan y que Valladolid empezaba siempre a anotar cuando habĆa cualquier conato de bajar de 10 tantos de desventaja.
Ha faltado una dirección de juego que ofreciera alternativas. Ha fallado la conexión con los pĆvots. Evidentemente ha faltado acierto. Y casi lo peor de todo, ha sido la primera vez esta temporada que hemos vivido esa sensación de que aunque ves a tu equipo acercarse en el marcador, no tienes una sensación real de que vas a remontar. El equipo acabó basando su juego casi repitiendo una y otra vez el mismo patrón de ataque. Hemos visto como jugadores como Kostadinov, Harris o Hook han pasado sin pena ni gloria. Hemos echado de menos la incisividad del juego de AdriĆ RodrĆguez, que no ha podido jugar por lesión.
Estas cosas pasan todas las temporadas. Forma parte del juego. La clave es saber sacar lecciones y aprender y evolucionar. Igual que hace unas semanas la ilusión nos cegaba los ojos y habĆa que tomarla en su justa medida, tampoco debemos ahora dejarnos hundir por este varapalo. Eso sĆ, es un serio toque de atención en vĆspera de la complicada visita al Wizink Center donde nos espera un Estudiantes con ganas de cierta revancha.
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