Quien nunca se rinde al final triunfa. Ese es el lema que ha hecho suyo la afición del Lucentum durante casi una dĆ©cada ya. Tiene mĆ©rito no rendirse despuĆ©s de los palos y las malas noticias que recibimos los que seguimos al Lucentum. No recuerdo la Ćŗltima vez que vivimos unos meses de mayo-junio tranquilos, pensando simplemente en elucubrar sobre nuestra futura plantilla y en ver cuando salĆa la campaƱa de abonos de la siguiente temporada.
Cada vez uno siente como se mina mĆ”s la energĆa que nos queda. Nos quitan la ilusión y las ganas a base de palos. Me hace gracia leer a periodistas, polĆticos o directivos cuando se refieren a que con 1500 aficionados en las gradas no se puede mantener este proyecto. Yo les propondrĆa a todos a ponerse en la hipótesis de que un equipo de fĆŗtbol (llĆ”mese HĆ©rcules, Elche o Gijón) se clasifica para la Europa League tras un gran aƱo y que la temporada siguiente le hacen jugar en segunda división. Pongamos que consigue ascender de nuevo a primera división y le dicen que tampoco puede, e incluso se baraja la opción de jugar el aƱo siguiente en 3ĀŖ división. ¿CuĆ”nta gente irĆa a esas gradas? De hecho, el Lucentum ha tenido este aƱo mucha mĆ”s gente en las gradas que en su Ćŗltima etapa en LEB. Pero eso hoy no sirve de nada.
La afición del Lucentum no consiste solo en los 1500 abonados. Hay mucha gente en esta ciudad y provincia que los lunes quiere leer en los periódicos el resultado del Lucentum y saber a quién se ficha. Al igual que imagino que la afición del Hércules tampoco se reduce a los 4000 aficionados que iban cuando este año iban mal las cosas. Solo tres veces mÔs, cuando el presupuesto puede ser casi 7 veces superior al del Lucentum.
Desde el blog siempre intento trasladar algo de optimismo y me gusta agarrame siempre a la esperanza de que esto siga en pie, pero cada vez es mĆ”s difĆcil. Cada aƱo es un palo mĆ”s grande y la desilusión se hace ya imparable. Amagos de disolución, impagos a jugadores y empleados, patrocinadores que llegan pero que no llegan, descenso administrativo, falta de apoyos para ascender, amenazas de disolución, desahucio del Centro de Tecnificación...
Estamos en manos del Ayuntamiento y de los directivos. Unos tienen que mantener su apoyo y entre todos tienen que ser capaces de encontrar mĆ”s ingresos. Al final uno lee las noticias y parece que el Ćŗnico motivo para evitar la desaparición es el hecho de que si se disuelve el club se pueden exigir responsabilidades patrimoniales a los que administraron el club. AsĆ que a lo mejor se acaba dando el caso de que la subvención del Ayuntamiento va casi Ćntegra a pagar esa deuda que salve la amenaza al patrimonio de los consejeros.
Adecco Oro, Adecco Plata, EBA... llega un momento que ya todo da igual. Del Consejo de maƱana no sĆ© que esperar. Buenas noticias parecen complicadas. Como lo que estĆ” claro es que la afición es la que menos puede hacer a estas alturas. Palo a palo nos han conseguido anestesiar en vĆsperas del que puede ser tal vez el palo decisivo.
El aƱo pasado dijo el presidente al decir que jugarĆamos en Adecco Oro que "es mejor que nos corten un brazo a que acabar muriendo". MaƱana no sĆ© cual serĆ” la propuesta, lo que estĆ” claro es que si nos cortan otro brazo, podremos vivir... pero bastante jodidamente (perdon por la expresión).
A ver qué nos cuentan mañana. OjalÔ nos dejen algún resquicio al que merezca la pena agarrarse...
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