Desde que el pasado viernes se diera a conocer la llegada de un grupo empresarial familiar mexicano a la estructura del Lucentum hemos tenido una intensa semana en la que se entremezclaban sensaciones encontradas entre los aficionados del Lucentum.
Cuando uno escucha que el club pasa a estar en manos de una especie de grupo inversor mexicano a todos nos asaltan las dudas y, por qué no decirlo, los miedos. No son pocas las experiencias de clubes deportivos a los que llegan inversores o empresarios de países más o menos exóticos con muchas promesas, con mucho dinero y vendiendo un futuro precioso que, cuando pasan los meses y los años, en no pocas ocasiones acaban produciendo situaciones no deseadas.
En el Lucentum ya vivimos el año pasado un acuerdo con el grupo empresarial chino Guanou Sports. Una vinculación de la que no se ha sabido muy bien cuales han sido los frutos obtenidos por el club, más allá de aquella pretemporada en China y de la esperpéntica situación de tener a un jugador como Bolong Zhen ocupando una ficha de extracomunitario en el primer equipo con un supuesto compromiso de tener que jugar ciertos minutos.
La aparición en escena de este nuevo grupo empresarial mexicano que tiene a Roberto Aguayo como cabeza más visible tiene, sin embargo, matices que son diferenciales y que, al menos de inicio, hacen que su llegada inspire algo más de confianza.
En primer lugar, el hecho de poder ponerles cara desde el primer día es un ejercicio de transparencia que es de agradecer. En esta intensa semana hemos podido ver tanto a Roberto Aguayo como a sus dos socios y primos Sebastían y Juan Carlos Díaz en el palco en el partido de presentación ante Cartagena. De hecho tanto Sebastían como Juan Carlos aprovecharon el descanso para recorrer diversas gradas del pabellón, tomando fotografías y pulsando un poco el ambiente de las gradas.
Además de la amplia rueda de prensa de presentación, hemos podido leer entrevistas extensas y hoy mismo Roberto Aguayo ha sido protagonista en Esport Alacantí con Aitor Varó:
Es evidente que ante una situación así no queda más remedio que dar un voto de confianza y esperar que todas esas palabras bonitas que se pronuncian ahora puedan ir transformándose en realidades tangibles y que podamos todos percibir que el club da un paso adelante en diversos aspectos.
Escuchando, leyendo y viendo todas las entrevistas a Roberto Aguayo, se percibe coherencia en su discurso y creo que transmite buenas vibraciones. A primera vista, no se detectan contradicciones y tampoco se ve una prepotencia o discurso excesivamente triunfalista como a veces sucede con la llegada de inversores que poco saben de lo que hay detrás de un club como el Lucentum o de una liga como la Primera FEB.
Roberto Aguayo habla claramente de que ellos van a poner un aporte económico al club, pero también hablan de que esperan que la afición y la ciudad también respondan a lo que ellos van a intentar aportar al club.
Hacen mucho hincapié también en mejorar en facetas como la comunicación, las redes sociales, la digitalización o el crear una experiencia de partido mucho más mejorada. Es cierto que eso se ha escuchado ya muchas veces en Alicante, ojalá que ahora veamos cambios de verdad en ese sentido. Mirando las redes sociales y el trabajo que realizan en el club que ya tienen en Ciudad de México es cierto que allí se hace un muy buen trabajo en ese sentido.
Ahora llega el momento de comenzar la temporada y empezar a ver, con el paso de los meses, los cambios que se van implementando en el club.
Es innegable que el hecho de poner un club como el Lucentum, con sus 31 años de historia, en manos de gente llegada desde fuera y con la intención de que el club sea una Sociedad Anónima Deportiva con mayoría accionarial de este grupo mexicano, es un riesgo. Pero también es cierto que el club ha estado siempre en manos mucho más cercanas a Alicante y todos sabemos que eso no siempre ha sido sinónimo de buena gestión en estos 30 años. Basta echar un vistazo a aquellos años que llevaron al club a la disolución.
Desde aquí solo queda apoyar, desearles lo mejor en su trabajo y pedirles que respeten, cuiden y den valor a un club que tiene a mucha gente detrás.
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