Óscar Quintana se ha encontrado un vestuario triste y desanimado después de haber perdido cualquier opción de ser primero al final de la fase regular. El nuevo entrenador del Alicante Costa Blanca ha trazado dos líneas de trabajo en sus primeros días al frente del equipo: la defensa y el aspecto psicológico, los dos grandes defectos de la etapa Costa.
«Había un mayor grado de tristeza del que yo pensaba», desveló ayer el preparador cántabro horas antes de su estreno en el Centro de Tecnificación frente al Alerta. «Creo que anímicamente estamos en una situación parecida al Bruesa; el Breogán, como hace tiempo que sabe que no va a ser primero, se encuentra más fuerte mentalmente», argumentó.
Tras cuatro días de entrenamientos, Quintana tiene muy claro que este Lucentum debe mejorar la intensidad defensiva. «A corto plazo, es más fácil cambiar la defensa que el ataque. Siempre digo lo mismo: en ataque hay días buenos y malos, pero en defensa son todos buenos días si tú quieres», reconoció el entrenador nacido en Torrelavega.
Desprende una admirable confianza en sí mismo y una ilusión que debe empezar a notarse en el juego del equipo mañana a partir de las 12.30 horas. «Por suerte o por desgracia, no es una situación nueva para mí. Lo que pretendía era ver cómo estaba la gente, ver conceptos que estaban trabajando y, a partir de ahí, solucionar cosas que nos puedan dar dominio en el juego y reforzar situaciones defensivas», recalcó.
Leyendo las palabras del técnico me quedo con las dos frases que he remarcado y con la ilusión y las ganas que pretende transmitir al equipo. Esperemos que lo consiga y que disfrutemos de una buena comunión y reconciliación con el equipo mañana
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