Foto: Obradoiro de bAsket
El partido del domingo en Santiago será una final, ante un rival que se jugará ante nosotros su último cartucho para seguir en ACB.
Xacobeo llega con una victoria en los último doce encuentros, y las dos últimas derrotas han sido especialmente dolorosas para los gallegos, una ante un desahuciado Murcia en su fortín de Sar, y la de ayer mismo en Bilbao, donde fueron barridos en algunas fases del encuentro, para perder finalmente de 40 puntos.
Echando un repaso a los problemas que han tenido en la plantilla esta temporada, parece incluso milagroso que sigan todavía con opciones reales de salvación, ya que se han cebado las lesiones y demás problemas con ellos.
Tras un mal comienzo de temporada con cuatro derrotas consecutivas, llegaron tres victorias seguidas, pero empezaron también los problemas de lesiones, el primero fue Pasalic, que sufrió una lesión de tobillo tras la sexta jornada de liga. Un par de semanas después, su mejor hombre, Marc Jackson sufrió también una lesión y fue dado de baja durante un par de semanas.
Para subsanar tantos problemas llegó Hettsheimeir, y firmó unos grandes encuentros hasta que también fue víctima de una lesión, que le obligó a estar más de un mes de baja, lo que luego se unió a su vuelta a Zaragoza.
Alfonso Sánchez también sufrió una fractura en su mano y estuvo un mes de baja, Héctor Manzano también se perdió cinco encuentros por una rotura fibrilar.
A las continuas lesiones se sumó la retirada voluntaria de Marc Jackson, que dejaba al equipo sin su mejor hombre.
Ya en marzo los problemas se desplazaban hacia la posición de base, cuando Adrían Fuentes se despedía de la temporada tras romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Apenas unos días después era Stanic el que sufría un esguince de grado II y dejaba al equipo sin bases.
Los problemas seguían y Djedovic lleva ya cuatro jornadas fuera del equipo por un problema de pubalgia.
Para suplir estos problemas, el equipo ha incorporado a Maurice Bailey y a Ruiz de Galarreta.
Y cuando parecía que todo era difícil de empeorar, llegó un nuevo varapalo hace una semana con la lesión de Vasileiadis, el jugador más determinante en estas últimas jornadas.
Un historial para echarse a temblar, hasta 19 jugadores han jugado algún partido con Xacobeo esta temporada, un bagaje difícilmente soportable para un equipo modesto como el gallego.
No quiero ni pensar lo que podría haber significado esa serie de problemas en nuestro equipo, y a modo personal me quito el sombrero ante su afición y ante el equipo por haber podido mantener con dignidad al equipo en la lucha por la salvación, aunque en las últimas jornadas parece que se están viendo superados por la situación.
Sin duda que todos estos problemas lo convierten en un equipo peligroso el próximo fin de semana en su pabellón sabiendo que es su última oportunidad de agarrarse a la liga, y precisamente ante uno de los rivales más débiles a domicilio como somos nosotros.
Xacobeo llega con una victoria en los último doce encuentros, y las dos últimas derrotas han sido especialmente dolorosas para los gallegos, una ante un desahuciado Murcia en su fortín de Sar, y la de ayer mismo en Bilbao, donde fueron barridos en algunas fases del encuentro, para perder finalmente de 40 puntos.
Echando un repaso a los problemas que han tenido en la plantilla esta temporada, parece incluso milagroso que sigan todavía con opciones reales de salvación, ya que se han cebado las lesiones y demás problemas con ellos.
Tras un mal comienzo de temporada con cuatro derrotas consecutivas, llegaron tres victorias seguidas, pero empezaron también los problemas de lesiones, el primero fue Pasalic, que sufrió una lesión de tobillo tras la sexta jornada de liga. Un par de semanas después, su mejor hombre, Marc Jackson sufrió también una lesión y fue dado de baja durante un par de semanas.
Para subsanar tantos problemas llegó Hettsheimeir, y firmó unos grandes encuentros hasta que también fue víctima de una lesión, que le obligó a estar más de un mes de baja, lo que luego se unió a su vuelta a Zaragoza.
Alfonso Sánchez también sufrió una fractura en su mano y estuvo un mes de baja, Héctor Manzano también se perdió cinco encuentros por una rotura fibrilar.
A las continuas lesiones se sumó la retirada voluntaria de Marc Jackson, que dejaba al equipo sin su mejor hombre.
Ya en marzo los problemas se desplazaban hacia la posición de base, cuando Adrían Fuentes se despedía de la temporada tras romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Apenas unos días después era Stanic el que sufría un esguince de grado II y dejaba al equipo sin bases.
Los problemas seguían y Djedovic lleva ya cuatro jornadas fuera del equipo por un problema de pubalgia.
Para suplir estos problemas, el equipo ha incorporado a Maurice Bailey y a Ruiz de Galarreta.
Y cuando parecía que todo era difícil de empeorar, llegó un nuevo varapalo hace una semana con la lesión de Vasileiadis, el jugador más determinante en estas últimas jornadas.
Un historial para echarse a temblar, hasta 19 jugadores han jugado algún partido con Xacobeo esta temporada, un bagaje difícilmente soportable para un equipo modesto como el gallego.
No quiero ni pensar lo que podría haber significado esa serie de problemas en nuestro equipo, y a modo personal me quito el sombrero ante su afición y ante el equipo por haber podido mantener con dignidad al equipo en la lucha por la salvación, aunque en las últimas jornadas parece que se están viendo superados por la situación.
Sin duda que todos estos problemas lo convierten en un equipo peligroso el próximo fin de semana en su pabellón sabiendo que es su última oportunidad de agarrarse a la liga, y precisamente ante uno de los rivales más débiles a domicilio como somos nosotros.
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