En esta entrega os dejo dos fragmentos de las entrevistas que pude realizar hace algún tiempo a Lucio Angulo y a Trifón Poch, en ellos se pueden leer sus impresiones sobre la temporada 2003-04.
22/junio/08 Entrevista a Lucio Angulo
Aquel Lucentum presentaba un proyecto ambicioso, con Casimiro en el banquillo y con fichajes de renombre como el tuyo o el de Iñaki De Miguel, pero todos sabemos que algo falló y nada fue como se esperaba. ¿Cuáles crees que fueron las claves de aquella nefasta primera vuelta? ¿Fue problema de entrenador, mentalidad, jugadores…?
Ocurrió que se jugaba bien, se entrenaba fuerte y se era competitivo pero se perdieron varios partidos ajustados y ahí entraron las dudas, que son malas compañeras de viaje. Se pagó el peaje de la adaptación de los nuevos, reestructuración de roles (eso lleva un tiempo). Y, lamentablemente, se entró en un bucle de derrotas del que no sabíamos como salir y que iba mermando nuestra confianza.
Esa temporada que tan mal pintaba con el 2-12 en el casillero sufrió un vuelco impresionante tras la llegada de Trifón Poch, y dos jugadores como fueron Pepe Sánchez y Quincy Lewis. Además de la recuperación de jugadores como Héctor o Junyent que estaban defenestrados por Luis Casimiro. ¿Qué cambió en vosotros para hacer esa mágica segunda vuelta?
Realmente, he vivido pocas situaciones donde se haya metamorfoseado tanto un equipo. No por la entrega o los resultados. Sino por instalar en nosotros la creencia del “si se puede”. Creo que Trifón supo dar el tono necesario pero que el gran acierto fueron los fichajes de Quincy y Pepe que nos dieron equilibrio.
Ahí empezó la “edad dorada” del Lucentum, esa milagrosa salvación es algo que nunca se olvidará en nuestra afición. ¿Qué recuerdas de esos últimos partidos? Aquel partido contra el Real Madrid con victoria en la prórroga tras un fallo de Bennett en el último segundo, o la victoria ante Fuenla tras ir perdiendo de 20 en el primer tiempo, por no hablar de la victoria in extremis ante el Estu con canasta de Héctor, y, por supuesto, ese triunfo final en el Carpena…
Creo que la atmósfera que se vivía era de tensión pero de absoluta fe. No jugábamos como los últimos de la tabla sino como un equipo que creía en sus posibilidades. Todos entendimos la situación, los nuevos roles y el sacrificio por y para el equipo.Del último partido se me queda en la retina un triple de medio campo de Quincy (el solía tirar tras los entrenamientos de medio campo). Incluso ese tiro fue una acción de fe.
7/septiembre/08 Entrevista a Trifón Poch
Debutaste en Alicante el 14 de diciembre de 2003 haciéndote cargo de un equipo que, mirando la clasificación, era un auténtico "cadáver deportivo", con un balance 2-12 y una dinámica totalmente derrotista. ¿Cómo te decides por este proyecto después de tus nueve temporadas en Girona?¿Qué te hace atreverte con esta misión casi imposible?
Principalmente el convencimiento total de que con la mayoría de los jugadores que había en el equipo y las ganas que yo tenía de volver a entrenar íbamos a conseguir el objetivo de salvarnos sin ninguna duda. Creo que las primeras semanas que estuve en Alicante yo era el único que confiaba ciegamente que el equipo se iba a salvar.
¿Cómo era posible que una plantilla con gente como Berni Hernández, Lucio Angulo, Lou Roe, Oriol Junyent, Iñaki De Miguel se encontrara en esta situación?
Hay veces que es complicado encontrar una explicación. Siempre es un tema muy complejo, en el que influyen muchos factores. No sólo tiene la culpa la capacidad o el trabajo del entrenador, que en la mayoría de los casos es el que se lleva la peor parte. Yo no puedo opinar de todo lo que pasó antes de mi llegada.
Recuerdo que asistí a tu primer entrenamiento con un amigo y nos llamó mucho la atención un detalle: te sentaste aparte con Oriol Junyent y estuvisteis hablando un buen rato (un Oriol que había sido prácticamente apartado del equipo por Luis Casimiro que llegó a incorporar a un tal DeMarco Johnson). ¿Recuerdas de qué hablasteis?
Yo había entrenado ya a Oriol. El año que entrené al vinculado del Barcelona, el Cornellá, en lo que ahora es LEB oro, él estaba en el segundo equipo, el Sant Feliuenc. Yo corté al americano del Cornellá para hacerle sitio a él. Le conocía, por lo tanto, antes de llegar a Alicante y sabía que era un buen chico. Sabía que hablando con él no sería difícil recuperarle para el equipo. En la situación en la que estábamos necesitaba reactivar al grupo y una parte básica era volver a convertir a Oriol y a Iñaki de Miguel en jugadores básicos de nuestro juego interior. Cortamos a DeMarco y fichamos a Quincy Lewis.
Tu llegada coincidió con las incorporaciones de Pepe Sánchez y Quincy Lewis, dos grandísimas incorporaciones, pero a pesar de ello el equipo acabó la primera vuelta 2-15. ¿Cuál fue la clave para invertir la dinámica?
La progresión en el trabajo de equipo que poco a poco empezó a creer lo que el loco del nuevo entrenador no paraba de repetirles: nos vamos a salvar. Las primeras victorias al iniciar la segunda vuelta fueron la energía que les hizo creer. Y la primera victoria coincidió con el primer partido de Quincy. Llegó y a los pocos días ganamos en Girona con un buen partido suyo. A partir de entonces la estructura del equipo ya era la correcta y todos se sentían importantes otra vez.
En la segunda vuelta todo cambió, la dinámica se invirtió y se arrancó con 4 victorias consecutivas, racha que se truncó por un Lucentum-Lleida del que se recordará siempre tu monumental enfado con los arbitros. ¿Cómo lo recuerdas?
Fue un partido muy duro porque el equipo, sin hacer un buen partido, compitió para ganar pero varias decisiones increíbles en los últimos minutos no nos dejaron ganar. Además sabíamos que después del partido de Lleida teníamos un calendario muy duro con cuatro partidos muy difíciles y aquella derrota nos podía haber hecho mucho daño.
Después vinieron unas derrotas que nos dejaban en la jornada 25 a 4 victorias de la salvación. Y ahí fue cuando el milagro y la magia llegaron a Alicante 8 victorias en 9 partidos obraron una histórica salvación. ¿Con que partido de esos te quedas?
Siempre he dicho que si lo que hicimos ese año lo hubiera hecho un equipo americano ya habrían hecho una película. Y en esa película el momento culminante fueron esos 9 partidos. En la Copa todos me miraban como si estuviera mal de la cabeza cuando les decía que nos íbamos a salvar. 9 partidos y el rival más cercano a 5 victorias. Hubo muchos momentos. El partido contra Estudiantes en casa, con la última jugada de Héctor García, la gran rivalidad del partido contra Fuenlabrada y, por supuesto, los dos últimos contra Real Madrid, con prórroga incluida, y la increíble victoria final en Málaga.
Lo cierto es que ese final de liga se iba al Centro de Tecnificación con una confianza en el equipo tremenda ¿Qué papel jugó la afición en ese final de temporada?
El que nunca se rinde, al final siempre triunfa. Creo que esa era la frase de una pancarta que vivió con nosotros todos aquellos meses. El apoyo del público fue imprescindible para conseguir lo más increíble que se ha hecho en la ACB. Sin su apoyo está claro que no lo habríamos conseguido. Si la gente no hubiese creído como nosotros no lo habríamos logrado.
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1 comentario:
Lo de aquel año fue lo más increíble que he visto nunca. Ni La Roja, ni el Hércules... ninguna gesta se le puede igualar
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