Fernando Llorente jugará en Real Madrid lo que queda de temporada y tres más. Impensable. Sin embargo, el segundo mejor jugador de la liga, Esteban Batista, se marcha al Caja Laboral para lo que queda de temporada y tres más.
El fichaje de Batista por el Caja Laboral se suma a la marcha de Joe Ingles desde Granada al Regal FCB. Dos grandes jugadores en equipos modestos, que se marchan a equipos grandes a cambio de un pastizal considerable que sanea las cuentas de los clubes pequeños. Todos contentos. El jugador se va agradeciendo el trato al club fuenlabreño y a su afición, el Fuenlabrada recibe una inyección de dinero importante, que servirá para traer a algún refuerzo (suena Hendrix), y para tapar agujeros económicos. Y el Caja Laboral que soluciona sus problemas interiores a base de money. Situación paralela en el caso Ingles-Granada-Barça.
Los jugadores multifranquicia son otro de los efectos estrella esta temporada, jugadores que andan de equipo en equipo (máximo tres, gracias a Dios) firmando contratos temporales y haciendo que un aficionado que no siga al día la ACB se vuelva loco. Esta temporada se han multiplicado los casos: Fisher (Bilbao, Real Madrid, Bilbao), Rancik (Bilbao, Caja Laboral, Meridiano), Pietrus (Caja Laboral, Power), Sow (Meridiano Alicante, Caja Laboral), Barrera (Unicaja, Granada), Owens (Manresa, Granada).
En mi opinión estos movimientos restan credibilidad a la competición, y los casos Batista e Ingles, lo que hacen es que la brecha entre los que tienen dinero y los que no sea cada vez más enorme, y una incitación a convertir a los equipos humildes en bancos de experimentos, trayendo a jugadores baratos de otras ligas, y si funcionan bien pues los fichan, ya adaptados a la liga y obtienen productos de rendimiento casi garantizado.
Quedan muy lejos los tiempos en los que las plantillas de los equipos tenían cierta continuidad y uno podía llegar a identificar a jugadores con equipos, ahora de temporada a temporada la liga se convierte en un intercambio de cromos, algo que se agrava con estos movimientos que se realizan durante la competición.
Creo que todo ésto hace más daño a los aficionados potenciales que a los que seguimos muy de cerca la liga, pero si se sigue convirtiendo la competición en un circo, es difícil que luego se pretenda ampliar su seguimiento con savia nueva de gente interesada en la ACB.
Esta entrada es una mera reflexión personal y que me imagino que muchos no compartiréis, pero tenía ganas de comentarlo.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo en lo de la continuidad y fidelización del aficionado. Sin embargo:
En la NBA está a la orden día y forma parte del "encanto" de esa liga.
Creo que es mejor que Granada y Fuenla vendan sus estrellas a que el año que viene la liga salga con dos equipos menos. Así de simple y de duro, pero es lo que hay, y ese aspecto ni siquiera es cuestión de opiniones, es o trincar dinero o desaparecer.
Está claro lo que comentas, pero en la NBA tienen el draft, que intenta aportar algo de igualdad a la competición permitiendo que los equipos de abajo tengan mejores elecciones.
En la ACB no hay nada que compense el cada vez mayor desequilibrio entre los 4 o 5 equipos potentes económicamente y el resto.
Ya quisiera yo tener un Batista y poder venderlo y solucionar la papeleta del Lucentum, pero me da algo de rabia que tenga que funcionar así esto...
pero ya sabemos... futbol manda.
Bastante de acuerdo con tu reflexión Ramon.
En la NBA esta el draft ¡y los limites salariales!!! Que aunque los equipos punteros tengan pasta para saltarselo, es un factor que favorece la igualdad.
En cualquier caso la ACB y la NBA son competiciones completamente distintas... Quizas aqui lo que se debería buscar es que los equipos pequeños no se endeuden y asi no tendrían que vender luego sus estrellas. Pero si un equipo se endeuda para mantenerse en la ACB, y se consiente, se estará obligando a otros equipos a que se endeuden a su vez para lograr la permanencia. Y asi estamos todos los equipos de la zona baja, en constante peligro de desaparición.
Publicar un comentario