El futuro del Lucentum se sigue decidiendo en estos días. En muchos despachos. Con muchas gestiones. Pero sin ninguna nueva noticia, ni buena ni mala. Toca esperar, ver pasar los días un año más y ver cómo empieza a materializarse la lógica de las cosas.
Hoy hemos podido leer en una entrevista que Txus ya da por hecho que no seguirá en Alicante. Es probable que Llompart o Ivanov sigan pronto el mismo camino si no se aclara antes la viabilidad del club.
Está claro que esto es cuestión de prioridades. Lo primero es garantizar que el club sobrevive, algo que a día de hoy está en el aire. Si al final el esfuerzo de la gente que está trabajando por encontrar una solución consigue una salida exitosa será el momento de volver a reconstruirnos desde los cimientos para armar un proyecto viable.
Es triste estar, año tras año, por una circunstancia u otra, siempre en la misma situación. Y más si cabe tras un gran año en lo deportivo y en otros muchos aspectos. Es una lástima que la inercia de ilusión que generó el equipo en la cancha se vaya desvaneciendo con el paso de los días. Es una lástima que el gran trabajo del club en materia de marketing y de iniciativas para aumentar la masa social también se vea frenada por este tiempo de indefinición.
Ojalá todo acabe bien. Eso es lo primero. Si se logra salvar este matchball hay que retomar lo antes posible el hilo de la ilusión y transmitir a la afición que esto de verdad va a ser viable, porque al final todos nos vamos desgastando con estas situaciones.
No perdemos la fe en una salvación sobre la bocina, aunque también se nos pasa a todos por la cabeza el peor escenario posible, sabemos que la situación es difícil.
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