Nos encontramos en pleno mes de julio y si entramos en las redes sociales o en los medios de información podemos encontrar rumores, fichajes, altas y bajas, casi como cualquier otra temporada. Los clubes anuncian sus fichajes generando expectación en redes sociales. Los aficionados hacen sus pajiplantillas, se ilusionan con los fichajes, discuten sobre si se está acertando con un fichaje o sobre si a su equipo le falta un pívot de garantías...
Ahora estamos pendientes de si la ACB acepta ascensos, de si en LEB Oro hay vacantes... lo 'normal' en los últimos años.
Nos queda ya algo lejos aquel parón liguero de marzo o aquella posible reanudación de la competición que quedó frustrado en LEB Oro.
En el fondo, todos queremos mirar hacia adelante y pensar que la 'nueva normalidad' nos va a permitir que todo vaya poco a poco mejorando. En todos los aspectos de la vida queremos ir pensando que todo va a mejor.
Pero no. Todo no es igual que antes. Siguen habiendo muchas, demasiadas, dudas sobre cómo va a ser el baloncesto que nos espera en apenas un par de meses. En el fondo, este periodo de fichajes y confección de plantillas se puede considerar casi 'teletrabajo' y se puede desarrollar con cierta normalidad. El 'problema' vendrá a la hora de volver a las tareas presenciales.
En este sentido, lo primer que se está notando es que los clubes no pueden sacar campañas de abonos porque no existen todavía parámetros y certezas suficientes en relación a aforos, protocolos de acceso y condiciones de uso de instalaciones deportivas. Aunque hay normativa que habla de aforos de 50% o hasta el 75%, dependiendo de las regiones, nadie se atreve todavía a asegurar que eso pueda ser así, con lo que sacar una campaña de abonos antes de septiembre es aventurarse demasiado.
Aquí es donde entra el trabajo que debe de ir haciendo ya la FEB para gestionar una adecuada cobertura televisiva de la competición para una temporada que va a tener, sí o sí, limitaciones o restricciones totales de aforo.
El mercado de fichajes también se estará viendo condicionado por la pandemia. De hecho no se están viendo, de momento, muchos movimientos de jugadores foráneos, tal vez por el miedo a las posibles condiciones de su llegada a España desde sus países de origen.
Aquí entran también las incertidumbres económicas. Equipos que han perdido patrocinadores, otros que han visto reducidos sus presupuestos... El nivel económico de la liga va a resentirse.
Aquí entran también las incertidumbres económicas. Equipos que han perdido patrocinadores, otros que han visto reducidos sus presupuestos... El nivel económico de la liga va a resentirse.
Estamos viendo ahora como la problemática de los rebrotes está tendiendo al alza, pudiendo llevar a nuevas restricciones en diversas zonas del país.
También hay que pensar en cómo puede influir en la competición la aparición de casos de COVID en algunos equipos. Ayer mismo vimos el ejemplo de lo sucedido con el Fuenlabrada en la liga de fútbol y las consecuencias que puede tener en las competiciones. ¿Cómo se afrontarían este tipo de situaciones durante la competición?
Lo dicho, mientras disfrutamos de este tiempo de fichajes y crucemos los dedos para que la situación general de la epidemia pueda ir estabilizándose y mantenerse lo suficientemente bajo control para que todas las actividades (y también el baloncesto) puedan ir desarrollándose dentro una aceptable 'nueva normalidad'.
De la responsabilidad individual de cada uno de nosotros y de que las autoridades sanitarias tomen las decisiones adecuadas dependerá que esto vaya a mejor y que dentro de un par de meses podamos volver a ver botar el balón en las canchas de nuestros equipos.
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