Temporada extraña la que estamos viviendo este año. La temporada 2020-21 está marcada por el impacto de la pandemia y todas sus consecuencias directas sobre la competición (limitación de aforos, aplazamientos, positivos, protocolos,...). Estos factores afectan a todos los equipos, en mayor o menor medida y condicionan el desarrollo de la competición.
En el caso particular del HLA Alicante, y volviendo al apartado deportivo, estamos viviendo una temporada que nos está llevando desde un inicio donde la euforia se desataba con el sensacional arranque de liga del equipo hasta la apatía que empieza a reinar en el entorno del equipo en las últimas semanas.
Hace ya algunos meses que las sensaciones que transmite el equipo se han ido alejando de las de comienzo de temporada. Es cierto que el buen arranque del equipo sirvió para lograr el objetivo inicial mínimo del club, que era evitar el susto de tener que jugar por la permanencia.
Con el objetivo inicial cumplido, el equipo iniciaba su línea descendente en un 2021 que llevaba al equipo a un final de primera fase donde firmaba grises partidos intrascendentes ante Canoe y Murcia, tras los que apenas hay declaraciones de un balance de la situación que vive el equipo.
La afición ponía su esperanza en un giro de sensaciones en el arranque de la segunda fase. El estreno ante Oviedo dejó un partido irregular del equipo que acabó peleando y dando la cara pero que dejaba escapar el triunfo en una prórroga en la que los alicantinos tuvierons varias opciones desaprovechadas para sellar el triunfo. La derrota diluye bastante ese efecto positivo de la competitividad que mostró el equipo porque, nos guste o no, al final la mala racha de resultados acaba lastrando y metiendo más presión al equipo.
Además, el partido ante Oviedo era, a priori, el indicado para revertir la dinámica ya que ahora el calendario se aprieta y vamos a encadenar partidos ante los equipos más complicados de la liga como Coruña, Valladolid o Breogán.
A esas sensaciones de irregularidad que transmite el equipo se sigue sumando el hecho de que los aforos no se amplían y que existe también una carencia importante de visibilidad del club en los medios. Se echan de menos entrevistas a Pedro Rivero o incluso a directivos que transmitan una visión de lo que se cuece ahora en el equipo. No sé trata de esperar declaraciones que generen polémicas, si no de tener visiones internas que nos permitan a todos opinar o generarnos nuestras propios debates sobre la situación del equipo. Al fin y al cabo, tener algo de lo que hablar.
Es entendible que el club venda que el objetivo está logrado y que no se quiera autoimponer presión. Ya está la afición para ilusionarse en base a lo que hemos visto que este equipo ha sido capaz de ofrecer. También es esperable que de una entrevista con el entrenador no se extraigan conclusiones definitivas, pero sí que es importante que la afición y el entorno se mantenga enganchado a la actualidad de un HLA Alicante que está más desaparecido que nunca cuando se llega al momento más atractivo de la temporada.
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