Domingo redondo en el Pedro Ferrándiz

 

 

Domingo redondo en el Pedro Ferrándiz. El pulso del baloncesto volvió a latir con fuerza en el pabellón, como cuando un desfibrilador reactiva el corazón en parada cardiorrespiratoria. Y lo hizo con fuerza. Las gradas volvían a respirar vida. ¿700 aficionados? ¿800? ¿Qué más daba? Estábamos de vuelta y muchos pudieron ver por primera vez a su equipo después de más de un año. Y una vez más, todos salíamos con una sonrisa en la cara.

El equipo premió a esa afición con otra demostración de oficio y de entrega para ganar al máximo favorito al ascenso. Y lo hizo con un equipo totalmente mermado por las bajas. 

EN CUADRO. Era un poema ver el banquillo. Con Pedro Llompart jugando con los dos gemelos vendados y calentando en bicicleta estática cada vez que iba a salir a cancha. Con Txemi Urtasun tumbado recuperando con elementos de fisioterapia cuando descansaba. Con Edu Martínez y Rafa Huertas vestidos de calle, pero animando como los que más. Con Pitts y Allen jugando con molestias. Pero, a pesar de todo eso, el equipo respondía.

GUILLEM CRECIÓ. Y cuando las cosas están complicadas es cuando es el momento de las oportunidades. Ahí estuvo Guillem Arcos para acelerar su crecimiento como jugador. Se ha ganado la confianza de Rivero y no solo salió de inicio sino que jugó en los momentos decisivos de partido. Además, pudimos verle realizar algunas de esas acciones explosivas que tanto hace en el equipo EBA y que ayer se atrevió a ejecutar, sorprendiendo al rival. 

TXEMI, EN MODO DIOS. El Lucentum tenía a casi todos sus referentes ofensivos tocados. ¿A todos? No. Ahí estuvo Txemi Urtasun para dar un exhibición de liderazgo para llevar al equipo a la victoria. Asumió la dirección de juego del equipo y subo generarse situaciones para anotar una y otra vez. Entró en modo 'on fire' hasta el punto de anotar siete triples y las canastas decisivas de un partido para recordar.

ESAS CARAS LO DECÍAN TODO. El ambiente de ayer en las gradas devolvió otro semblante a los jugadores. Había otro brillo en sus miradas y en sus gestos. Desde el calentamiento y la presentación se veían gestos y sonrisas que no veíamos con el pabellón casi vacío. Ellos también necesitaban esto. Todos lo necesitábamos. Me atrevo a decir que hasta los jugadores del Breogán 'disfrutaron' viendo ambiente en las gradas. El baloncesto y el deporte necesita otra vez esta vida. Ojalá este sea el comienzo de la vuelta a la normalidad.

DESPLIEGUE VISUAL. Y volviendo a las gradas. Qué bonito es ver ese ambiente generado alrededor del partido. Esa mascota dando color y animando. Ese homenaje merecidísimo a los voluntarios que ayudan en la logística y la organización de cada partido. Ese despliegue de videopantallas, con cámaras grabando en directo y que ofrecen una experiencia nivel ACB. Si uno cierra los ojos y se imagina el pabellón lleno con todo este despliegue, pensaríamos que estamos en ACB. No lo estamos, pero estamos en el buen camino.