Las Ligas LEB están viviendo un momento de crecimiento importante en los últimos años. El año de la pandemia supuso un golpe duro dejando una temporada 2020-21 muy condicionada por las restricciones y una sensación de que la pandemia podría haber sido un hachazo para el futuro de las LEB.
Sin embargo, la temporada 2021-22 con el innegable impacto de la llegada de Estudiantes y el posterior desembarco de Marc Gasol puso a la LEB Oro en el mapa de nuevo y estamos viendo como cada vez son más los equipos que hablan de aumentos presupuestarios, de llegadas de nuevos patrocinios y de buenas perspectivas.
El punto de partida de toda esta mejoría está en el momento en que los ascensos a la ACB volvieron a ser una realidad una vez abolido el dañino canon ACB que tanto mal hizo al baloncesto, dejando una liga ACB cerrada virtualmente. Lejos queda ya aquel 2016 donde Melilla y Palencia lograban ascender a ACB y no pudieron hacerlo efectivo.
Las competiciones están llegando a un punto donde ya no es solo el aliciente del ascenso ACB, si no que la propia LEB Oro está elevando su nivel competitivo y su atractivo como liga. Esto se está traduciendo en una mayor estabilidad de los proyectos que están en la liga, tal y como se traducen en el hecho de que casi no hay incidencias en las inscripciones en LEB Oro.
Algunos ya no lo recordarán, pero hubo un tiempo en que la FEB tenía que dar moratorias para poder completar las ligas. Donde teníamos ligas con equipos impares. Donde las renuncias de equipos estaban a la orden del día y donde la FEB tenía casi que ir llamando a las puertas de los clubes para que completaran unas competiciones dignas.
En el día de hoy la situación está dando un giro radical. Cada vez más proyectos quieren apostar por apurar opciones de meter la cabeza en LEB Plata con el objetivo de dar crecimiento a proyectos que quieren mirar hacia arriba y que ven en la LEB Oro un escaparate ya atractivo para sus clubes. Hoy en día no se teme porque queden plazas vacantes en Oro o Plata, porque hay equipos esperando ante cualquier posible baja. Hay interés en entrar en estas ligas de nuevo.
Desgraciadamente, siguen habiendo aún alguna situación difícil de clubes que no pueden afrontar las inscripciones, pero tampoco faltan clubes que ocupen esos huecos y que aspiren a crecer.
Es un momento de crecimiento y de cierta bonanza que todos deben saber aprovechar con coherencia. No olvidemos que allá por 2007 también llegaba la bonanza y se creó una burbuja con aquellas LEB Oro, Plata y Bronce que acabaron por ser el principio del fin de un momento cumbre de las competiciones FEB.
La FEB debe aprovechar para dar un impulso de verdad a la visibilidad de estas ligas (que son suyas) e invertir de verdad en comunicación, en difusión y generación de contenidos y en hacer que la plataforma que emita los partidos sea una palanca más para el crecimiento de la liga. Esto supone invertir recursos. Invertir. Una inversión en esos recursos humanos y materiales que hagan que este crecimiento que pueden tener las ligas sirva para que de una vez por todas el abismo entre ACB y LEB se vaya reduciendo de verdad.
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