Más de cuarenta días dura ya la travesía por el desierto de los que seguimos al Lucentum. Más de un mes en el que hemos visto el futuro del club muy comprometido (y lo sigue estando). Un tiempo en el que nos hemos movilizado en las redes sociales y en el que poco hemos sabido de lo que se ha gestado para que el club tenga una cierta viabilidad, tal y como se nos hace ver.
Reuniones de lunes en lunes. Todo muy lento. Demasiado lento. Y lo que es peor, manteniendo al aficionado con una desinformación muy grande. A día de hoy tenemos que hacer un acto de fe y creer en que el equipo va a jugar en ACB el año que viene, ya que el club ha anunciado que estamos inscritos para la próxima temporada.
No sabemos si se han pagado deudas a jugadores y empleados. No sabemos si Vidorreta seguirá siendo el entrenador. No sabemos el proyecto deportivo que se nos va a presentar. No sabemos cuándo empezaremos a hablar de baloncesto y de la confección de la plantilla. No sabemos cuándo va a arrancar la campaña de abonos. No sabemos si Meridiano Seguros seguirá siendo una pieza clave en el proyecto. No sabemos todavía de donde va a salir el dinero que tiene que entrar a la entidad para darle viabilidad. No sabemos. No sabemos...
El propio presidente, Luis Castillo, hace unos días, decía que al aficionado hay que pedirle que se abone, y que haga que se abone su familia, sus amigos y que llenemos el pabellón. Muy bien. Estoy de acuerdo. Pero también creo que merecemos ser tenidos más en cuenta y que se nos transmita mayor transparencia, porque sí, somos del Lucentum y queremos al club y al baloncesto, pero si queremos crecer hay que transmitir confianza e ilusión a una afición que está, creo, agotada de estar todos los días pendiente de si habrá o no un futuro para el Lucentum.
El miércoles toca Asamblea de Accionistas y ahí se escenificará el cambio de poder y se hablará del estado de las cuentas y del sometimiento de la entidad a un próximo concurso de acreedores que pueda ayudar a que en un medio plazo se pueda tener unas cuentas más saneadas y un club con una verdadera viabilidad.
De momento, y para variar, a esperar toca. Hoy Castillo y Vidorreta se reunen para hablar y buscar un entendimiento mutuo sobre la continuidad de Txus y sobre el proyecto deportivo y económico que le plantean. Si le apaña a Txus, empezaremos bien, si no es así, tocará buscar otra cara para el banquillo y se seguirá retrasando la reconstrucción de este proyecto. A esperar, esperar y esperar...
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