La temporada en Primera Nacional sigue avanzando. El Lucentum se muestra líder sólido y encadena victorias con mayor o menor comodidad. Únicamente L'Alfàs ha sido capaz de comprometer el liderato del equipo de Kuko Cruza, y lo sigue haciendo a la espera de algún posible pinchazo del Lucentum en el tramo final, algo que se antoja complicado viendo la solidez con la que el Lucentum está consiguiendo los triunfos.
Faltan cinco jornadas de una fase regular que se empieza a hacer larga y ya hay ganas de que llegue la segunda fase, en la que se espera un poco más de tensión, de competitividad y de emoción al haber ya más cosas en juego.
No se puede negar el trabajo y el esfuerzo que transmite la plantilla, pero es cierto que el desarrollo de la liga regular hace que tengamos ganas de que llegue la fase definitiva de la liga, en la que el Lucentum pueda luchar por lograr el ascenso en la cancha. No será fácil porque solo hay una plaza para veinticuatro equipos.
Aunque todos den por hecho que el Lucentum jugará en EBA la próxima temporada, creo que es vital el conseguir ese ascenso deportivamente. Si el club quiere empezar a reenganchar a la masa social que se ha quedado por el camino, el mejor modo es ofreciendo unos éxitos basados en el buen trabajo a nivel deportivo. Resultaría paradójico que el Lucentum ascendiera en los despachos, justo después de dos años descendiendo precisamente por problemas económicos.
La situación ideal sería que el Lucentum pudiera llegar a la Final Four de ascenso y que pudiera ejercer de anfitrión y poder celebrarla en el Centro de Tecnificación. Sería una forma de poder atraer a un buen número de aficionados a las gradas a ver a su Lucentum luchar por un ascenso. No es ACB, ni es LEB, pero luchar por un ascenso siempre es atractivo y seguro que podríamos ver un gran ambiente en las gradas. Caldo de cultivo perfecto para que el año que viene el Lucentum pueda empezar a recuperar una masa social de abonados que crea en un proyecto que nace con buenos cimientos deportivos.
Una vez acabe la temporada a nivel deportivo tocará estudiar el balance de este año en el club. Repasar las balanzas económicas, la viabilidad a corto-medio plazo, los apoyos con los que se puede contar, la evolución de la base del club y tantos parámetros que hay que medir para ver si el Lucentum tiene futuro o no. Entre las cosas que hay que valorar es ver si el Ayuntamiento va a seguir viendo el club como un 'fantasma' al que hay que insuflar medio millón de euros al año para cubrir el concurso de acreedores o si, por el contrario, creen que puede ser una entidad con futuro si se gestiona racionalmente.
Mirar mucho más allá no merece la pena. El baloncesto de élite todavía está lejos, pero hay que intentar crecer con cabeza. Seguro que dentro de algunos años volveremos a vivir otro '2 de junio del 2000'
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