Cuando llegó la nueva directiva del club sabía que se enfrentaba a un trabajo complicado en los despachos, en los cajones y en la cuentas corrientes del club. También se enfrentaban a una situación deportiva complicada, con el equipo en Primera Nacional tras ascender a ACB.
Armaron un proyecto deportivo en apenas un mes, allá por agosto del año pasado y se enfrentaban a un futuro lleno de incertidumbres. La propia génesis del proyecto generaba cierto recelo y resistencias en el entorno del baloncesto en la provicia. La irrupción de un 'todopoderoso' Lucentum en Primera Nacional, causaba cierto revuelo.
Quince meses después de aquel giro en la historia del club, si hay algo que ha acompañado al club en este tiempo están siendo los éxitos deportivos. Ascenso a Liga EBA y un arranque espectacular en Adecco Plata cuando hasta en vísperas del debut liguero había un mar de dudas sobre el equipo y su posible rendimiento en la competición.
Hay una serie de registros que son elocuentes:
-- El Lucentum no pierde un partido oficial desde el 21 de diciembre de 2013.
-- Hace 530 días (17 meses) que el Lucentum no pierde un partido oficial en el Centro de Tecnificación.
-- La última derrota del equipo en casa se produjo el 2 de junio de 2013 en el 4º partido del Playoff de ascenso.
-- L'Alfàs ha sido el único equipo que ha derrotado al Lucentum desde que entró la nueva directiva.
-- El Lucentum firma una serie de 34 victorias y 1 derrota en partido oficial en estos casi 18 meses.
-- El Lucentum no encaja dos derrotas seguidas en partido oficial desde febrero de 2013.
Estos éxitos no se han acabado de traducir en un aumento destacado de la masa social, aunque es cierto que poco a poco se van poblando las gradas del Centro de Tecnificación, que registra unas afluencias de unas 700 personas por encuentro. Teniendo en cuenta lo vivido en los últimos años, también es de valorar que la afición ha mantenido el apoyo al club, aunque es evidente que hay que volver a enganchar a más gente. El apoyo a nivel de patrocinadores está sirviendo para cubrir el proyecto pero sigue sin llegar un patrocinador importante que permita dar un paso adelante en el crecimiento del club.
No tenemos que olvidar nunca que el club sigue arrastrando el pago de la deuda del concurso de acreedores. Unos pagos de unos 450.000 euros anuales que afronta, de manera polémica, el Ayuntamiento de Alicante como máximo accionista del club y que debe de hacerlo los próximos ocho años si quiere evitar la disolución del club. Además de tener que afrontar otro tipos deudas que se van sustanciando tras demandas de la etapa anterior del club y que no entran dentro del convenio con los acreedores. Otro 'recuerdo' del pasado con el que lidia el club es la sanción FIBA que impide fichar a jugadores que no estuvieran en España antes de 2012.
Tal y como apuntó el presidente del club en la presentación del proyecto deportivo para este año, el club trabaja en la creación de una Fundación que sirva para salvaguardar todo el trabajo de la base y proteger la estructura del club en caso de una hipotética liquidación del club si hubiera un incumplimiento en el convenio con los acreedores, responsabilidad que a día de hoy recae en el Ayuntamiento, con la consiguiente exposición a posibles cambios de rumbos políticos tras unas elecciones. En este caso, se daría el adiós al canon ACB, pero también se quitaría de encima el club la losa de la deuda. Una situación compleja y que depende de muchos agentes implicados.
En mi opinión, el Lucentum se ve afectado por el 'virus' que afecta al baloncesto en general. Es difícil desatar la ilusión en la afición, cuando todos somos conscientes de que los éxitos deportivos no son los que desembocan en ascensos. A pesar de esto, estamos disfrutando con el juego y con la actitud de un equipo que se lo deja todo en la cancha cada semana. Eso debe ilusionarnos para marcarnos objetivos e ilusiones como llegar a la Copa Adecco Plata o meternos en Playoff.
Disfrutemos, con un añadido que diferencia a este club de lo que hemos sido en otras épocas, ahora se transmite la sensación de que se hacen cosas con más coherencia con la realidad que vive el club y el entorno y eso también genera ilusión y confianza en un buen futuro deportivo a medio-largo plazo. Sin prisas, pero sin pausa.
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