Hace un día reflexionábamos en el blog sobre la actitud federativa de no tomar la decisión de cancelar sus competiciones ante la crisis sanitaria que se vive en el país y que todavía está lejos de tocar techo con el endurecimiento de algunas condiciones en las dos siguientes semanas del estado de alarma actualmente en vigor.
Hoy hemos podido leer un artículo espléndido de Ignacio Ojeda (Pobla FM) en el que realiza un perfecto retrato de la situación en base las opiniones recabadas de los directivos de todos los clubes de la LEB Oro.
En el citado artículo se ven visiones con diversas perspectivas. Desde los clubes como Gipuzkoa, Breogán, Coruña o Palencia se deja la puerta abierta a buscar una posible continuidad de la liga. Hablamos de algunos de los clubes que más fuerte apostaron por el ascenso y que tenían en sus previsiones el disputar los Playoff.
Hoy mismo se puede leer en El Progreso un artículo donde Tito Díaz (director deportivo de Breogán) apunta que "El Breogán quiere que se apuren todas las posibilidades, siempre teniendo en cuenta que lo primero es la salud, de que termine la Liga y que se luche por el ascenso".
El presidente del Cáceres también se manifestaba con claridad en El Periódico de Extremadura: «¿Qué hacemos con los jugadores? ¿Los echamos, no los echamos, los mandamos para casa? ¿El 12 de abril vamos a jugar el primer partido ya? Ni de broma. Entonces ¿por qué no se pronuncian y lo dicen realmente?»
Volviendo al artículo de Ignacio Ojeda, también vemos muchas argumentaciones cargadas de sentido común por parte de la mayoría de los directivos de la competición. En el trasfondo de la mayoría de opiniones está la sensación de lo complejo que sería retomar la competición después de tanto tiempo con los jugadores sin poder entrenar y sin ritmo competitivo.
Se suman complicaciones como el hecho de la salida de gran número de jugadores extranjeros y la complejidad que supondría su retorno. Problemas añadidos como un posible positivo si se retoma la competición, o situaciones de ciudades donde las instalaciones pueden ser usadas como apoyo en esta crisis. El hecho de que una posible reanudación de la liga sería posiblemente a puerta cerrada también es otro motivo que aduce algún directivo para posicionarse ante esa cancelación.
En el artículo se apunta que hay un grupo de clubes que habría solicitado a la FEB la cancelación de la liga, pero que la respuesta federativa era que todos se pusieran de acuerdo.
Los directivos también dan su opinión sobre la posición federativa y la visión es que la FEB no quiere pillarse los dedos y que está siendo conservadora en sus decisiones para evitar posibles consecuencias o reclamaciones.
En resumen, la sensación es que todos saben que la liga está condenada a cancelarse pero hay equipos que legítimamente intentan apurar y defender sus posiciones ante sus grandes inversiones por un ascenso.
Al final, lo que la mayoría de clubes busca es tener certidumbre lo antes posible. Es necesario tomar una decisión para que los clubes sepan cuanto antes donde les corresponde competir el año que viene y comenzar a preparar una de las planificaciones más complicadas de la última década ante la difícil situación económica que va a atravesar el país y que va a afectar a subvenciones y patrocinios futuros, obligando a redimensionar muchos de los clubes de las competiciones FEB.
La patata caliente sigue en el aire y solo hay una cosa clara: Ninguna decisión va a dejar a todo el mundo satisfecho.
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