El HLA Alicante afronta una temporada importante en la que el proyecto, más allá de vender esa ilusión de pelear por estar arriba, tiene el reto de volver a enganchar a la afición al equipo. Conseguir que esa comunión vuelva a reinar en el ambiente es el primer paso para que este proyecto vuelva a desatar ilusión.
La temporada pasada estuvo marcada por la sensación de que el equipo no conectaba con la grada. Esto fue el fruto de muchas circunstancias que se alinearon y que dejaron el recuerdo de una temporada gris. Evidentemente, el diseño del equipo desde la directiva y con Gonzalo García de Vitoria se hizo con la mejor intención e intentando que el equipo ofreciera un rendimiento que luego no acabó llegando. Es cierto que veníamos de unos años donde Pedro Rivero sí que supo dar con la tecla para armar un equipo con un sello propio y donde perfiles como Chumi, Galán o Bilbao enganchaban a una grada que también veía como el liderazgo de Llompart o el talento de Pitts servía para dinamizar un equipo ganador.
El COVID, las lesiones, la falta de conexión de plantilla y afición, un sistema de juego que nunca transmitió regularidad ni la sensación de tener una seña de identidad fueron factores que acabaron por dejar al equipo lejos del objetivo marcado. El equipo tenía jugadores de gran calidad pero es cierto que no eran jugadores que establecieran una conexión con la grada. Al final esto es una característica difícil de entrenar. Nadie puede negar la calidad y el trabajo de jugadores como Pilepic, Jakstas, Van Zegeren, Simmons, Menzies... pero no acabaron de transmitir y conectar con la grada.
La confección del nuevo proyecto por parte de Rafa Monclova y con la dirección deportiva de Luis Arbalejo, va dejando pinceladas de que se quiere hacer hincapié en esas carencias que tuvimos la temporada pasada.
En la valoración del fichaje de Sean McDonnell, Rafa Monclova apuntaba que "Se trata de un jugador que gustará a la gente porque es capaz de hacer muchas de las cosas que no se ven, pero son importantes para el equipo". También la valoracíon del fichaje de Gatell abundaba en esta linea: "Es un jugador que suele conectar bien con la grada por su implicación, intensidad y cómo vive los partidos". Sobre Parrado, el entrenador destacaba que "puede ilusionar a la gente por su juventud y la ambición que tiene". Igualmente, sobre la renovación de Matulionis, también ponía el foco en ese aspecto de conexión con la grada "detrás de lo numérico es un jugador reconocible para la afición. Todo el mundo me ha hablado muy bien de él a nivel de vestuario".
Es cierto que a estas alturas de verano siempre tenemos todos ilusión en el nuevo equipo y que no será hasta que veamos a los jugadores en acción el momento en que podamos hacer valoraciones objetivas. El año pasado nos ilusionó el proyecto pero luego no acabó de cuajar.
De todas formas, esta temporada vemos que el club tiene clara la línea de trabajo para hacer el equipo y ha estado rápido fichando buenas opciones en un mercado en el que los jugadores muy top están a la espera de las ofertas suculentas de Estu, Burgos o Andorra, pero donde hemos sabido atraer a jugadores de gama media y media-alta con gran experiencia en la categoría y que están confeccionando un equipo equilibrado y que, a falta de algún ajuste final, ofrece motivos para la ilusión.
Lo principal para el éxito será ver si el juego que propone Rafa Monclova acaba implantándose bien en el equipo y vemos pronto ese juego con identidad que todos deseamos. En todas las líneas tenemos a jugadores que parece que tienen esa capacidad de enganchar. Desde un Chapela al que conocemos de su paso por el Lucentum hasta un Pedro Llompart que sabe como levantar a las gradas para pedir apoyo cuando las cosas están difíciles. Luego tenemos a jugadores entregados a muchas facetas como Matulionis o Sean McDonnell, algo que siempre gusta en Alicante. La explosividad y velocidad de Guillem seguirá muy presente. Además, tenemos a un Edu Gatell que es pura energía en sus acciones y que con su entrega y trabajo será capaz de levantar a la grada también.
También tenemos perfiles más ofensivos como Borovnjak o Blaylock, pero al final todo tiene que tener su equilibrio.
Ahora es el tiempo de que la ilusión nazca y crezca... pero será a partir de septiembre con la pretemporada y, sobre todo, cuando arranque la liga cuando se tendrán que consolidar todas esas expectativas que ahora se generan.
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