El HLA Alicante sigue en stand-by

Foto: Lidia Ramon

El HLA Alicante sigue inmerso en la mayor crisis deportiva desde su etapa como Fundación Lucentum con un arranque liguero encadenando ocho derrotas consecutivas. Una racha de inicio que es la peor de los treinta años de existencia del Lucentum.

Tras cesar a Antonio Pérez el pasado 29 de octubre como primera medida drástica para intentar revertir la dinámica han pasado ya tres semanas y la situación no ha experimentado ningún atisbo de mejora. El que fuera ayudante de Antonio, Raúl Lozano, ha ocupado el banquillo pero el equipo no ha cambiado su dinámica y el presidente del club declaró la pasada semana que tras el partido de Ourense llegarían cambios al banquillo y a la plantilla para aprovechar también el parón de ventanas FIBA para recomponer el equipo y iniciar una nueva etapa.

La cuestión es que siguen pasando los días y sigue sin haber noticia de la llegada del nuevo entrenador y el desasosiego y el nerviosismo cunden en la afición. Se hace complicado entender como es posible que el club no haya podido cerrar la incorporación del nuevo entrenador para que estuviera ya en Alicante tras el partido de Ourense e iniciar hoy mismo su trabajo con el grupo (salvo los convocados por sus selecciones). 

Desconocemos el motivo de la demora. ¿Las ofertas que hace el club no son lo suficientemente atractivas como para que los entrenadores tanteados decidan aceptarlas? ¿Está siendo complicado encontrar entrenadores con cierta experiencia que quieran asumir un reto que ven demasiado difícil de revertir? 

A todo esto se suma el hecho de que la clave de la solución del problema está en acertar con la reestructuración que necesita una plantilla que tiene carencias evidentes en lo deportivo y en cuanto al carácter que transmite en la cancha. No es fácil seguro encajar un puzzle en el que se tiene una pieza extracomunitaria 'bloqueada' con Bolong Zheng y donde para conseguir hacer hueco a jugadores nuevos hay que llegar a acuerdos de desvinculación con otros jugadores. Todo ello con el visto bueno de un nuevo entrenador que, a día de hoy, desconocemos si está firmado.

Cuando llegue el nuevo entrenador y se hagan los cambios en la plantilla imagino que podremos valorar si ha merecido la pena la espera y son cambios que permitirán dar el salto de calidad que necesita el equipo para poder afrontar el reto de tener que conseguir una permanencia que puede exigir ganar del orden de 11-13 partidos de los 26 que quedan. Reto mayúsculo viendo las prestaciones que está ofreciendo el equipo.