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En la temporada 1991-92 ascendió Festina Andorra de manera directa tras vencer en la eliminatoria por el ascenso a un Cáceres que sería, a la postre, el equipo que le acompañaría en su camino a la ACB, pero tras superar dos eliminatorias más antes de lograr el sueño del ascenso para la ciudad extremeña.
NUEVO VÍDEO (subido a Youtube el 29 de marzo de 2020): Partido y programa con resumen del 3º y 4º partido (a partir del 1:35:00 del vídeo)
NUEVO VÍDEO (subido a Youtube el 29 de marzo de 2020): Partido y programa con resumen del 3º y 4º partido (a partir del 1:35:00 del vídeo)
La eliminatoria decisiva enfrentó a Cáceres ante Prohaci Mallorca. La serie se fue a cuatro partidos y todo se acabaría decidiendo el 10 de mayo de 1992 en un ambiente infernal vivido en la cancha cacereña. El final de partido fue de infarto. Faltaban 30 segundos y Prohaci Malloca ganaba 78-79 y disponía de un 1+1. Erraron el tiro libre y en la última acción, Jordi Freixanet anotaba una canasta que desataba la euforia y provocaba la invasión del público a la cancha.
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GALERÍA DE IMÁGENES DEL ASCENSO
(SANTIAGO CALDERA / FRANCIS VILLEGAS / JAVIER CALDERA) |
El héroe de aquel ascenso fue Jordi Freixanet, autor de la canasta decisiva. Hemos podido contactar con él para recordar aquellos días históricos para Cáceres.
El jugador catalán comenta que "antes del cuarto partido de la eliminatoria ante Andorra, nuestro entrenador Fariñas nos llegó a plantear si merecía la pena reservar energías de cara a las siguientes eliminatorias y renunciar un poco a esas opciones de ascender ante Andorra, pero nosotros dijimos que ni hablar y así fue, competimos todos los partidos hasta el final".
De cara a la eliminatoria decisiva ante Prohaci Mallorca, recuerda que "cuando vemos las imágenes de la invasión de cancha, siempre nos preguntamos cómo era posible que la cancha estuviera llena de gente y las gradas siguieran también llenas. Fue tremendo". Añade "la tarde del día anterior ya había cola para obtener entradas para el día siguiente".
Freixanet destaca que "aquello fue un gran impacto para la ciudad, la gente se volcó".
Del partido clave, recuerda que "el partido fue muy bronco. Ellos tenían gente con experiencia, y alguno un poco marrullero. En ese partido no estuvimos finos".
Freixanet no olvida la jugada decisiva. Recuerda que "hice una finta y recuerdo que cuando estaba solo para tirar vi a Jiri Okac bajo la canasta y pensé que alguien saldría a puntearme y le acabaría pasando a Okac, pero no fue así y lancé. Quedaban dos segundos pero ya no fue posible continuar por la invasión de la cancha".
Freixanet recuerda que "nosotros jugábamos muy duros y presionábamos mucho porque teníamos a Okac que nos guardaba las espaldas siempre".
El jugador catalán recuerda también la gran temporada de compañeros suyos: "Aquella temporada Gabri Abrines estuvo inconmensurable, Felipe García, Jiri Okac y fue un equipo que se hizo un poco de retales. El club compró la plaza de Primera B y con un presupuesto escaso se hizo un equipo para la permanencia".
Tras el triunfo, recuerda la celebración: "habría más de 10000 personas en la Plaza Mayor". "Cada vez que he vuelto a Cáceres aún me dicen que si 'San Jordi' es el patrón de Cáceres. Para la ciudad y la región el poderse identificar con un símbolo como fue el Cáceres fue algo inmenso".
Cáceres logró el ascenso y el éxito ante un rival en el que jugaba el internacional Juan Domingo de la Cruz. El jugador hispanoargentino recuerda para el artículo cómo vivió aquella intensísima serie decisiva ante Cáceres. De la Cruz recuerda que aquella temporada fue "muy difícil porque estuvimos casi toda la temporada sin cobrar. Así y todo pudimos llegar hasta el final".
El jugador catalán comenta que "antes del cuarto partido de la eliminatoria ante Andorra, nuestro entrenador Fariñas nos llegó a plantear si merecía la pena reservar energías de cara a las siguientes eliminatorias y renunciar un poco a esas opciones de ascender ante Andorra, pero nosotros dijimos que ni hablar y así fue, competimos todos los partidos hasta el final".
De cara a la eliminatoria decisiva ante Prohaci Mallorca, recuerda que "cuando vemos las imágenes de la invasión de cancha, siempre nos preguntamos cómo era posible que la cancha estuviera llena de gente y las gradas siguieran también llenas. Fue tremendo". Añade "la tarde del día anterior ya había cola para obtener entradas para el día siguiente".
(SANTIAGO CALDERA / FRANCIS VILLEGAS / JAVIER CALDERA) |
Freixanet destaca que "aquello fue un gran impacto para la ciudad, la gente se volcó".
Del partido clave, recuerda que "el partido fue muy bronco. Ellos tenían gente con experiencia, y alguno un poco marrullero. En ese partido no estuvimos finos".
Freixanet no olvida la jugada decisiva. Recuerda que "hice una finta y recuerdo que cuando estaba solo para tirar vi a Jiri Okac bajo la canasta y pensé que alguien saldría a puntearme y le acabaría pasando a Okac, pero no fue así y lancé. Quedaban dos segundos pero ya no fue posible continuar por la invasión de la cancha".
Freixanet recuerda que "nosotros jugábamos muy duros y presionábamos mucho porque teníamos a Okac que nos guardaba las espaldas siempre".
El jugador catalán recuerda también la gran temporada de compañeros suyos: "Aquella temporada Gabri Abrines estuvo inconmensurable, Felipe García, Jiri Okac y fue un equipo que se hizo un poco de retales. El club compró la plaza de Primera B y con un presupuesto escaso se hizo un equipo para la permanencia".
(SANTIAGO CALDERA / FRANCIS VILLEGAS / JAVIER CALDERA) |
Tras el triunfo, recuerda la celebración: "habría más de 10000 personas en la Plaza Mayor". "Cada vez que he vuelto a Cáceres aún me dicen que si 'San Jordi' es el patrón de Cáceres. Para la ciudad y la región el poderse identificar con un símbolo como fue el Cáceres fue algo inmenso".
Cáceres logró el ascenso y el éxito ante un rival en el que jugaba el internacional Juan Domingo de la Cruz. El jugador hispanoargentino recuerda para el artículo cómo vivió aquella intensísima serie decisiva ante Cáceres. De la Cruz recuerda que aquella temporada fue "muy difícil porque estuvimos casi toda la temporada sin cobrar. Así y todo pudimos llegar hasta el final".
De la serie final recuerda que "el primer partido en casa fue bien. En el segundo partido en Palma, ellos fueron muy listos y nos hicieron una 'trampa legal'. Sacaron una pancarta 'No a la violencia en el baloncesto', se unieron las dos aficiones y el ambiente bajó y supieron sacar partido". De la Cruz añade que "también es cierto que teníamos un entrenador que era un inútil".
(SANTIAGO CALDERA / FRANCIS VILLEGAS / JAVIER CALDERA) |
El pívot recuerda que durante la semana previa al partido decisivo "se montó un rumor de que yo había agredido a Okac, algo que luego se dijo que no era cierto, de hecho teníamos buena relación". El día del partido final, De la Cruz recuerda que "nunca vi un ambiente como el de aquel día, y eso que había estado en Grecia, en Turquía. Para sacar de banda teníamos que ponernos entre las piernas del público. Aquello no estaba en condiciones para jugar un partido".
De la Cruz termina también reconociendo que "en Cáceres fueron listos, ellos supieron jugar sus cartas. Luego ellos estuvieron muchos años en ACB. He vuelto muchas veces a Cáceres y me atendieron bien. Fue el momento y cada uno tenía que usar sus armas para intentar subir. Fariñas estuvo listo y sacó el ascenso".
El periodista extremeño Javier Ortiz (@Bujacocesto) nos deja unas líneas para el artículo, recordando como vivió aquel histórico día para el baloncesto cacereño:
El momento de nuestras vidas
(al menos en Cáceres, al menos en 1992)
Me resulta raro echar un cálculo sencillo y darme cuenta de que el próximo 10 de mayo se cumplirán 28 años del ascenso del Cáceres Club Baloncesto a la entonces denominada Liga ACB. 28 años y tengo 45 y sin embargo, siento aquel momento como cercano, muy cercano. Como el momento más insuperable que he vivido en una cancha. Fue, siguiendo una analogía muy de aquella época, como un rollete de una noche con Claudia Schiffer. A partir de ahí, todo va a ir a peor en tu cama, aunque en el caso que nos ocupa siguieron pasando algunas ‘top models’ por ahí como quien no quiere la cosa en 11 años en la máxima categoría.
Pero nada pudo igualar aquella tarde de domingo y en general aquella temporada, iniciada bajo la modestia de un club que nunca había militado en Primera B y que llegaba tras años de frustraciones por no haber logrado el ascenso deportivo. Sí compró la plaza del Bosco de Vigo muy a última hora, lo que le llevó a construir una plantilla aparentemente improvisada, que con distancia tampoco era tan floja. Un buen número de sus componentes había debutado en ACB ya, mientras que la apuesta más exótica era Jiri Okac, un checo de 2,17 que nunca había jugado en España y que terminaría siendo decisivo con su capacidad para intimidar y cuatro buenos fundamentos ofensivos.
Más allá de lo deportivo, con una ristra de victorias sorprendentes y máxima emoción dentro de un formato bizarro (liga regular, segunda fase, primer ‘playoff’ de ascenso, fase de repesca, segundo ‘playoff’ de ascenso para el perdedor del primero), lo que más queda de aquello aquí en Cáceres es la capacidad de convocatoria de aquel equipo esforzado dirigido por el carismático Martín Fariñas. En un pabellón de apenas 1.000 plazas fijas tuvieron que ir añadiéndose gradas supletorias y la normativa de seguridad se incumplió de forma flagrante a partir de cierto momento de la temporada, llegándose quizás a los 3.000 espectadores en los partidos decisivos. Las colas para conseguir entradas eran kilométricas y se iniciaban la noche antes.
Muchos jugadores tan experimentados como Juan Domingo de la Cruz, componente del Prohaci Mallorca, perdedor del pulso definitivo por subir, confiesan hoy en día que nunca vivieron nada igual, ni siquiera en los terroríficos pabellones de Grecia o Turquía: un recinto minúsculo que estaba lleno y animaba a su equipo todos a una desde dos horas del salto inicial. Todo en medio del humo y con un calor tremendo. Paroxismo total durante casi cuatro horas. Hay quien lo ha comparado con el Almansa contemporáneo, pero, atisbando los vídeos del emergente equipo manchego, ni de lejos, oiga.
Tras la invasión de campo, no se llegó a sacar de fondo. Y ahí empezó una larga noche que acabó conmigo asistiendo en modo catatónico a un examen de Filosofía de COU en el que no creo que sacase más de un 0. Pero me dio exactamente igual. Esos tipos habían hecho felices a mi ciudad y a mí, que era un fanático de baloncesto que empezaba a colaborar en el periódico local, el Extremadura, y en Gigantes del Basket mandando las estadísticas que cogía a mano.
Aquello terminó del modo más épico posible: Jordi Freixanet anotó faltando apenas un segundo para culminar una remontada de 5 puntos en el último minuto ante el Prohaci y quedar para siempre en el imaginario colectivo de la ciudad. A él siempre le ha abrumado tantísimo cariño cada vez que ha regresado, pero es que lo suyo también fue una buena metáfora de todo lo que sucedió durante aquellos meses. La lesión de Alberto Frías, que no llegó a debutar en partido oficial, llevó a ficharle como sustituto cuando parecía que el basket español ya le había olvidado.
Aquello fue el salvoconducto para años mejores y peores en ACB (las otras ‘top models’ de las que os hablaba arriba), con la final de la Copa del Rey de 1997 como punto culminante seguramente. Tras la derrota ante el Joventut en León tras perder 17 puntos de diferencia nada volvió a ser lo mismo, sobre todo a nivel económico. Y las entradas de público en la temporada del descenso, la 2002-03, llegaban difícilmente a los 3.000 arriba reseñados de once años atrás.
Ahora el club de la ciudad, refundado en 2007, sobrevive en la LEB Oro, también con sus altos y sus bajos. La temporada del coronavirus estaba siendo muy buena, pero… Pero esa es otra historia, que diría Rudyard Kipling.
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