El HLA Alicante volvía al Pedro Ferrándiz para jugar su primer partido con público después de más de siete meses. El primer paso hacia un pequeño regreso hacia la normalidad.
Lo primero que todos nos preguntábamos antes de poder presenciar el primer partido con público en esta 'nueva normalidad' era cómo iban a ser los protocolos y la experiencia de ver un partido con tan poco público, después de que las últimas veces que fuimos al Pedro Ferrándiz había más de 3500 personas en las gradas.
Los accesos acabaron provocando algunas colas y retrasos para entrar. El protocolo de entrada conllevaba la toma de temperatura, control de entrada mediante lector óptico y comprobación en un listado donde se anotaba la temporada (algo a lo que no le veo sentido aunque entiendo que será cosa de protocolo). De hecho, si la entrada ya va vinculada a un nombre y se revisa el DNI no veo la necesidad de puntear en un listado la asistencia. Y lo de anotar la temperatura, no acabo de ver qué información proporciona que una persona tenga 36 o 36.9. Como mucho se podría entender que se anotara a los que tuvieran entre 37.1 o 37.5 por aquello de que si a posteriori dieran un positivo poder saber si ya presentaban ciertos síntomas el día del partido. Pero bueno, cosas del protocolo que se nos escapan y que seguramente le vienen impuestas al club desde las autoridades sanitarias.
Al final, aún siendo poca la asistencia se generaron retrasos, sobre todo cuando se acercaba la hora del partido. Desde falta de fluidez en el funcionamiento de los termómetros hasta demoras en la búsqueda en los listados.
No hay nueva normalidad que pare a la @Kali_Nord_1996 😷🏀💙 pic.twitter.com/vaqj5HE4AQ
— Ramón J. (@lucentumblog) October 8, 2020
Ya dentro del pabellón, los aficionados se colocaban en las dos gradas laterales y también en la grada de animación. Los asientos disponibles estaban marcados por una pegatina y espaciados en tres butacas con el siguiente disponible. Las personas convivientes se podían sentar juntas y era obligatorio el uso de la mascarilla.
Había mucho control con el acceso a zona de pista y las gradas estaban bien acotadas y sin acceso a las escaleras hacia la pista. Sin apenas presencia de medios de comunicación debido a las limitaciones para su acreditación y con los jugadores sentados espaciados en los banquillos. Y como cosa llamativa, habían varios balones disponibles desinfectados que estaban preparados y se cambiaban cada vez que alguien que no fueran los jugadores lo tocaba. Se llegó a dar una situación curiosa cuando un balón se fue lejos y un personal de asistencia devolvió el balón a jugador de Canoe este lo cogió pero lo soltó rápidamente ya que el protocolo indica que ese balón debía desinfectarse antes de su uso.
No hay nueva normalidad que pare a la @Kali_Nord_1996 😷🏀💙 pic.twitter.com/vaqj5HE4AQ
— Ramón J. (@lucentumblog) October 8, 2020
Aunque se percibía esa frialdad lógica de tan poca gente en las gradas, lo cierto es que la sensación al final fue bonita por el hecho de que ahora todos valoramos mucho cada pequeño paso adelante hacia recuperar la normalidad. Pudimos ver y sentir el baloncesto y los jugadores pudieron sentir, al menos un poco, del calor de la afición en las gradas. También vimos como la Kali Nord supo hacerse oir, aunque estuvieran en un número más reducido. Ojalá dentro de poco la situación permita que más gente pueda asistir al pabellón.
Hay que valorar también el esfuerzo del club para implementar tantos protocolos y que afectan a tantas cosas. Todos tenemos que ir adaptándonos a una situación tan excepcional y colaborar para que todo pueda ir de la mejor manera y que pronto nos permitan mayor aforo.
Este aumento dependerá de las autoridades sanitarias y de las instrucciones que emanen de la Conselleria de Sanitat. En cualquier caso, es evidente que para que se puedan dar cita esas 1000-1300 personas en las gradas con seguridad es muy importante que se organicen muy bien todos los protocolos de acceso para mejorar la fluidez en todos los procesos.
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