El pasado sábado la Asamblea General Ordinaria FEB aprobaba el sistema de competición de la LEB Oro para la próxima temporada. Un sistema competición que se supone que se habrá estudiado en Comisión Delegada y que contará con el apoyo de una buena parte de los clubes y de la propia federación.
Este sistema es básicamente el mismo que esta temporada y mantiene los 19 equipos divididos en dos grupos y la única novedad es que recupera la Final Four para resolver uno de los ascensos. Se mantiene la cifra de 4 descensos y se recuperan los dos ascensos.
Después de este anuncio a uno se le quedan muchas dudas sobre cómo se toman este tipo de decisiones en relación a las competiciones.
Esta temporada hemos escuchado críticas generalizadas a este sistema desde jugadores, entrenadores, aficionados, periodistas e incluso directivos de clubes. La sensación era de que se había aceptado con resignación como un mal menor para abordar esta temporada de pandemia. Sin embargo, se repite el modelo. ¿Son tenidas en cuenta las propuestas de los clubes? ¿La postura de los clubes es la misma de cara a la galería que de cara a los órganos federativos donde se toman decisiones?
Otro aspecto que sería interesante conocer desde fuera sería saber cuáles son los criterios en los que se basa la Asamblea para establecer ese sistema. ¿Son criterios de ahorro económico? ¿Son criterios todavía vinculados a la pandemia? ¿Son los clubes los que prefieren la disputa de competiciones con menos partidos?
Una posible ampliación a 20 equipos para que la liga tuviera equipos pares, o incluso una ampliación a 24 equipos que hiciera este modelo de dos grupos algo más sostenible, entiendo que es compleja porque tendría que definirse un sistema justo para ofrecer esas vacantes y podría generar injusticias.
Dejando de lado estas posibilidades, la gran pregunta es por qué los clubes no quieren volver a una liga de un solo grupo de 19 equipos cuando hemos visto esta temporada que la propia Liga Endesa ha sacado ese sistema adelante y cuando todas las previsiones apuntan a que las condiciones serán mejor la próxima temporada. Desde la afición cuesta de entender ese interés en reducir tanto el número de jornadas en las que disfrutar de la LEB Oro en una competición que ya de por si se comprime en apenas 7 meses para la mayoría de equipos.
Estaría bien que alguien diera esas explicaciones para el conocimiento de los aficionados y los seguidores de la liga. Aunque todos sabemos que este tipo de decisiones no se suelen tomar con luz y taquígrafos y que hay muchos intereses que no se quieren manifestar públicamente.
En cualquier caso, habrá que ver como discurren los acontecimientos porque sabemos, por antecedentes, que pueden pasar muchas cosas en las próximas semanas. El antecedente más cercano fue la temporada pasada cuando la LEB Oro perdió un ascenso una vez ya los clubes habían planificado su temporada contando con dos ascensos.
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