Fotos: Jose Fco. MartĆnez |
AquĆ tenĆ©is un texto que explica de forma muy particular lo que supone seguir al Lucentum esta temporada:
Ha sido el regalo estrella de mis amigas esta Navidad. PrĆ”cticamente todas lo tienen, y todas ellas cuentan maravillas. “¡Treinta segundos!”. “¡Menos de dos minutos!”. Y yo me pregunto por quĆ© hemos sublimado el placer instantĆ”neo en soledad, cuando la vida nos ofrece otras opciones intensas que alargan el disfrute mucho mĆ”s tiempo en la compaƱĆa de muchos cuerpos que se mueven al mismo son. ¿Para quĆ© quiero un espasmo exprĆ©s si puedo tener cuarenta minutos a tope? No lo puedo evitar. El baloncesto es mi debilidad, y el Lucentum, el que hace vibrar mi alma y mi cuerpo.
Si es cierto,
como decĆa Toni Kukoc, que una canasta hace feliz a un
jugador pero una asistencia hace feliz a dos, entonces podemos extrapolar la
progresiĆ³n hasta todo un pabellĆ³n cuando un equipo consigue una victoria. Goce
colectivo, Ć©xtasis general. A pelo, sin profilaxis. Pueden sentirlo en cada
palmo de la piel. El vello se eriza, el corazĆ³n se acelera, la respiraciĆ³n se
revoluciona y es imposible contener la garganta y no dejar escapar un gritito.
La temperatura del cuerpo aumenta y sube un calorcito por el pecho... Cierro
los ojos y soy capaz de revivirlo dondequiera que estƩ. Esos instantes finales,
cuando tu equipo se lo juega todo a una canasta y ese Ćŗltimo tiro entra. Chof.
El marcador agota el tiempo y se desata la euforia. Un orgasmo absoluto. Cada
cĆ©lula de mi cuerpo baila al compĆ”s de las voces que cantan de fondo “¡hemos
vuelto a LEB Oro, volveremos a ACB!”. Apenas las oigo. Mi cerebro sigue
rememorando las sensaciones del partido. Ya saben ustedes: el placer no
entiende de tamaƱos, colores, razas o edades. Del 1’78 de Pitts a los 2’16 de
Fall; de la Asturias de Nacho DĆaz al Senegal de Issa Thiam; de los 19 aƱos de
Guillem Arcos y los 20 de Busquets a los 38 de Pedro Llompart, cada uno
contribuye a la fiesta del baloncesto con sus mejores habilidades: GalƔn
machacando el aro; Schmidt en modo killer; Mendiola intimidando en la pintura; Chumi
dĆ”ndolo todo en cada jugada; Onwenu poniendo sus 200 centĆmetros al servicio
del ataque lucentino... QuƩ deleite, quƩ regocijo bajo la atenta mirada del
trĆo tĆ©cnico de Rivero y los Albertos. Ay, Lucentum. QuĆ© segunda vuelta de la
LEB Oro nos espera. No quiero ni imaginar quƩ pasarƔ si hay play-off de ascenso
a la Liga Endesa. Por si acaso, les he dicho a mis amigas que pueden comprar un
abono de media temporada. Cuesta lo mismo que el dichoso satisfyer, pero no
necesita recarga. Con este equipo, el placer estĆ” asegurado.
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