Hoy podíamos leer en el Diario Información la previa del partido con el titular "El HLA Alicante, obligado a ganar al TAU Castelló para disipar todas las dudas". Esta misma tarde, publicábamos en la cuenta del blog el siguiente tuit:
Las dudas que genera el Lucentum no las disipará solo con un buen resultado. Hace falta demostrar actitud, entrega, garra... https://t.co/7IBBCvoc3C
— Ramón J. (@lucentumblog) November 14, 2021
Pues bien, creo que es evidente que hoy se ha dado el mejor de los escenarios. Quizá un escenario que pocos esperábamos, viendo las sensaciones de las últimas jornadas. El equipo ha ganado, pero lo más importante es que ha ofrecido esa cara que aún no le habíamos visto. Entrega, solidaridad y trabajo en defensa. Hoy se ha visto hambre en los jugadores. Se ha visto compromiso. Se ha visto actitud. Y eso ha traído esa conexión con la grada que todavía no habíamos visto. El círculo virtuoso del equipo se ha cerrado.
Todo esto viene, seguro, de un buen trabajo durante la semana y de haber sabido sacar conclusiones positivas del varapalo que nos dio el CB Prat. Pero creo que hoy el equipo también ha tenido un líder claro. Pedro Llompart ha salido a jugar con una rabia especial. Constantes palabras hacia sus compañeros. Gestos para que el público estuviera también metido. Ánimos a compañeros, pero también toques de atención cuando se hacían errores por falta de concentración. Gestos de alegría ante acciones del equipo. Es como si hubiera agarrado de la pechera, uno por uno, a los jugadores y les hubiera dado una arenga de lo que había que poner hoy sobre la cancha.
El equipo ha sabido defender, aguantar en los momentos en los que Castelló remontaba. También ha sabido cerrar el partido ante un rival al que se le fue acabando la gasolina.
Al final, tras el mate con el que Van Zegeren cerraba el partido hemos visto gesto de verdadero desahogo en el equipo. Hoy sí que se han quitado la mochila de presión que llevaban. Tras el pitido final, Pilepic y Jakstas se han ido hacia sus familiares a abrazarse y celebrarlo. Van Zegeren ha estado saludando a los aficionados que le ovacionaban tras el banquillo. El resto del equipo se ha ido a ese ritual de comunión con la Kali Nord.
También hemos visto muchos abrazos de alegría entre jugadores y entre técnicos y resto de personal del staff del equipo. Hoy todos son conscientes de que han mostrado cual es el camino. Se han demostrado que son capaces de dominar.
El gesto final ha sido como Gonzalo, tras abrazar a su equipo técnico, se dirigía al banquillo y cogía lo que quedaba de su botella de agua y daba un largo trago, para finalmente arrojar la botella al cubo de basura con rabia. Rabia de decir... "¡Por fin!"
Al salir del pabellón se escuchaban frases como "Esto sí que es el Lucentum", "Así, sí"...
Hemos encontrado el camino. Ahora toca no salirse de la senda, porque hoy el equipo ha hecho lo más difícil.
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