La historia de los clubes de baloncesto (como la de todos) está marcada por momentos clave y decisiones que cambian en rumbo de su existencia. A lo largo de los más de 25 años de historia del Lucentum (primero CB Lucentum y ahora Fundación Lucentum) han sido muchas las circunstancias que han podido cambiar su devenir.
¿Qué hubiera pasado si en aquella temporada 1994-95 el club hubiera ascendido a ACB? Era la primera de la historia del club y se quedó a apenas una canasta del ascenso en Gijón. ¿Habría llegado demasiado pronto ese ascenso para un club todavía sin apenas masa social?...
¿Qué hubiera pasado si David Gil no hubiera sido el héroe aquel 2 de junio de 2000 y no hubiéramos ascendido?
¿Qué hubiera pasado si aquella temporada 2003-04 no hubiera llegado Trifón Poch y Pepe Sánchez?
¿Qué hubiera pasado si Jorge Garbajosa no nos hubiera hecho aquel parcial mortal en la eliminatoria de Playoff en 2005 ante Unicaja privándonos de clasificarnos para Euroliga?
Seguro que hay muchos momentos que podrían haber cambiado la historia del Lucentum.
Hay veces que esos momentos cruciales llegan fruto de un cúmulo de casualidades, circunstancias y decisiones que cambiaron la historia del club.
En este artículo queremos recordar dos de esos momentos, la llegada de Lou Roe y la de Justin Pitts.
Corría el inicio de la temporada 2002-03, la del regreso del Lucentum a ACB de la mano de Julio Lamas y nuestro jugador franquicia era el pívot John Williams. En el primer partido de aquella temporada sufrió una lesión que empezó a alargarse, lo que hizo que el club fichara Lou Roe como temporero para un mes y medio. Roe estaba sin equipo aquella temporada. Pasaron las semanas, Williams pegó la espantada y Lou Roe renovó hasta final de temporada. El resto de la historia ya la sabemos.
16 años después, en octubre de 2018, el base del HLA Alicante Vladimir Nemcok abandonaba la disciplina del equipo por falta de adaptación a la ciudad y apenas unos días después el club anunciaba el fichaje de Justin Pitts, un base con exitosa trayectoria en la NCAA II y que llegaba desde el Karlsruhe alemán donde había sido cortado sin debutar por una lesión en un pie. No era una apuesta fácil y la dirección deportiva liderada por Guillermo Rejón tomó una decisión que marcó la pasada temporada y también se ha extendido a este debut en LEB Oro donde Justin Pitts es uno de los jugadores más determinantes de la competición.
Dentro de unos años, a lo mejor nos preguntaremos: ¿Qué hubiera pasado si Justin Pitts no hubiera llegado al Lucentum?
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